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Sector experimenta profunda transformación productiva desde 2005 a la fecha:

Desembarques pesqueros caen 45,1% en una década y empleo baja más de un tercio

domingo, 07 de febrero de 2016

Valeria Ibarra
Economía y Negocios Domingo
El Mercurio

En medio de los cuestionamientos a la Ley de Pesca, una mirada al sector extractivo muestra que las capturas del sector industrial cayeron 69,5% en diez años. En 2015, los desembarques artesanales superaron a los de las grandes empresas.



La actividad pesquera hoy está en el ojo público. El estallido del caso Corpesca, que primero involucró a la diputada Marta Isasi y luego al senador Jaime Orpis por aportes de esta empresa a ambos parlamentarios, hizo que la normativa fuese cuestionada en su legitimidad. Y hace unas semanas, los diputados del Partido Comunista Hugo Gutiérrez y Daniel Núñez presentaron una moción para anular tal legislación. El sector privado alertó por la vulneración del Estado de Derecho que ello supondría y el Ejecutivo reaccionó creando una comisión parlamentaria para estudiar los cambios a la ley.

Más allá de la polémica, el sector pesquero ha experimentado una profunda transformación productiva en la última década. Los desembarques totales cayeron un 45,1% entre 2005 y 2015 y el empleo del rubro se redujo en 34,6% en el decenio. La mayor contracción la registró la pesca industrial, en la que las capturas cayeron 69,5% en diez años. Si en en 2005 la extracción de las empresas sumó 2,6 millones de toneladas, prácticamente el doble que el sector artesanal, las cifras preliminares de 2015 indican que las capturas industriales llegaron a 794 mil toneladas el año pasado.

En este contexto de ajuste, las exportaciones sectoriales de la pesca extractiva se han reducido en 21%, siendo compensadas con contenidos estables y los envíos provenientes de la acuicultura se han multiplicado en la década, destaca el ministro (s) de Economía, Raúl Súnico. "Se hace más con menos", resume la autoridad.

El impacto de la Ley de Pesca: bajan las cuotas

La reducción de la pesca en Chile se debe a varias razones. Por un lado, tanto en el país como en el mundo hubo una sobreexplotación de los recursos. Los fenómenos de El Niño y La Niña provocaron desplazamientos de la biomasa y cambios en el ecosistema marino durante varios años.

Otra razón es la pesca ilegal. "La FAO dice que la pesca ilegal es la tercera actividad ilícita más voluminosa en términos de recursos que se mueve en el mundo, después del tráfico de drogas y la venta de armas", sostiene el ministro (s) de economía, Raúl Súnico, que impulsa un proyecto para configurar como delito el transporte, procesamiento y distribución de la pesca obtenida ilegalmente.

Pero más allá de estos factores, desde 2012 a la fecha, la vigencia de una nueva Ley de Pesca supuso un giro en el sector, coinciden varios actores consultados. "Esta ley ha cambiado el enfoque y la óptica de los propios pescadores, artesanales e industriales, quienes hoy tienen en la sustentabilidad y cuidado de las especies su principal objetivo", sostiene Ricardo García, gerente general de Camanchaca. "En las principales especies de pesca en Chile, todos los actores hoy cuidan rigurosamente las biomasas", destaca.

Súnico explica que esa ley fijó un nuevo sistema de asignación de cuotas con criterios científico-técnicos: "El enfoque precautorio (de la nueva Ley de Pesca) hizo que el grueso de las cuotas disminuyera para darle espacio a la recuperación de las pesquerías, que es el camino en el que nos enfocamos hoy".

Esta ley, de azarosa tramitación y que aún causa polémica, provocó grandes impactos productivos: se fusionaron empresas, se redujo la flota y cayeron los empleos del sector pesquero.

Ya en los 90 se produjeron ajustes en el sector, pero el último cambio de la norma hace tres años provocó nuevas fusiones, como la de Pesquera Itata, de la familia Sarquis, con El Golfo, de la familia Santa Cruz, que dio origen a Blumar. O la creación de Orizon, que aglutinó a la pesquera SPK de Angelini y su homóloga Coloso, del grupo Lecaros.

Este proceso hizo que parte de la flota pesquera quedara ociosa. "Por ello hay desguasaderos de botes en Iquique, Mejillones, Valdivia", grafica Súnico, y también menor empleo.

De los 47.665 personas que en 2005 trabajaban en el sector, principalmente en la flota pesquera, se pasó a 31.159 personas en 2014 (la última cifra disponible), una reducción de 34,6% en casi una década. Lo complejo es que el sector pesquero es tan especializado, que es difícil la reconversión a otros puestos de trabajo. "Una filetera de merluza es rápida y ágil con el cuchillo, pero es difícil que encuentre empleo en otra área con sueldos equivalentes, y lo mismo ocurre, por ejemplo, con los tripulantes de los barcos", ejemplifica la autoridad.

A ello se suma que muchos trabajos pesqueros están en zonas con grandes problemas en el mercado del trabajo, como Talcahuano o Coquimbo.

Pesqueras se diversifican y parten a producir al exterior

Las pesqueras iniciaron, antes de la Ley de Pesca, un cambio productivo hacia los productos de consumo humano, la acuicultura y la diversificación a otras áreas industriales y geográficas.

Corpesca -del grupo Angelini- inició la ampliación de su giro hacia la industria nutracéutica con Golden Omega, inaugurada en 2012 y en la que ha invertido US$ 120 millones. En 2013 arribaron a Brasil, al negocio de concentrados proteícos de soya, que desarrollan a través de Selecta, y en 2015 ampliaron su participación en ese país al adquirir una parte de Fasa América Latina Participacoes, en el mismo rubro.

Asimismo, están impulsando el cultivo del pez dorado en Chile. Esto último lo desarrolla a través del Centro de Investigación Aplicada del Mar (CIAM), organismo donde posee el 80% (el 20% restante es de Camanchaca).

En términos de resultados, sus ganancias han sido zigzagueantes, y en el sector anticipan que probablemente cerrará 2015 con pérdidas, debido al impacto del fenómeno de El Niño.

Camanchaca, de los Menéndez Lecaros, ha realizado ajustes en los últimos cinco años, y el año pasado vendió uno de sus negocios más emblemáticos, el cultivo de ostiones. La compañía se diversificó en la pesca extractiva (tiene cuotas en la zona norte y sur) así como en los cultivos. Ricardo García, gerente general de la pesquera, señala: "Hemos pasado la parte más dura en el sector pesquero, con un cambio de enfoque que ha sido doloroso para muchos, pero hoy las expectativas son mejores, con recursos más sustentables, lo que da estabilidad a las capturas y al negocio".

Tras el período de ajuste, el ejecutivo estima que Camanchaca quedará como una empresa pesquera más eficiente en todo sentido. "Una de esas mayores eficiencias es un esfuerzo titánico por sacarle mayor valor a la materia prima, es decir, a las capturas. Parte de esto viene por mayor orientación al consumo humano", destaca.

Blumar partió uniendo los negocios extractivos de las pesqueras Itata y El Golfo y hoy su mayor fuerte de ingreso es el salmón y la trucha. Otros productos relevantes son la harina y aceite de pescado y jurel congelado.

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