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Una visión económica del Transantiago: "Nadie ha dicho que va a ser fácil"

viernes, 02 de febrero de 2007

DANIELLA ZUNINO Y DANIELA SANTELICES
Economía y Negocios, El Mercurio

Cuando faltan ocho días para su debut, el economista Andrés Gómez-Lobo dice que le cuesta entender las críticas a una reforma que es difícil y ambiciosa: "Por lo mismo, deberíamos unirnos".

Aunque ya estamos en la cuenta regresiva para el inicio del Transantiago, este 10 de febrero, las críticas provenientes de distintos sectores no han dejado de aparecer. Frente a eso, el economista Andrés Gómez-Lobo, académico de la Universidad de Chile y experto en transportes, es enfático en decir que todos tenemos que hacer un esfuerzo para que funcione.

"Uno, no hay alternativa, hay que echarle para adelante. Dos, que funcione bien o mal depende tanto de la gente como del gobierno, también de los operadores, incluyendo el administrador financiero. O sea, aquí realmente hay un cambio colectivo en que cada parte tiene que poner un grano de arena o su esfuerzo para que esto funcione. Tres, tenemos que ser pacientes. Al final esta reforma beneficiará a todos. Me sorprende un poco cuando veo las voces críticas sobre la reforma, y mi pregunta es: ¿qué proponen al final? Porque la única alternativa es volver al sistema pasado. Entonces me cuesta mucho entender las críticas en una reforma que claramente es difícil, ambiciosa y por lo mismo deberíamos unirnos y poner todo de nuestra parte en vez de andar criticando", explica.

-¿Cómo cree usted que será el debut del Transantiago el 10 de febrero?
"Partiría planteando otra cosa: ¿qué alternativa tenemos? Claramente, el Transantiago es una reforma muy ambiciosa, creo que es la única vez en que se ha intentado cambiar radicalmente, de una vez, el sistema de transporte global de una ciudad del tamaño de Santiago. Es una reforma ambiciosa, siempre se planteó así. Nadie jamás ha dicho que va a ser fácil, pero hay que echarle para adelante. Hay dos alternativas. Uno es no hacer ninguna reforma, lo que hubiera sido el peor de los casos".

"La otra alternativa es haber hecho una reforma paulatina, pero en un sistema ya tan complejo como el de Santiago, es imposible empezar a cambiar algunas cosas y no otras. Es decir, no puede empezar a cambiar algunas rutas, introducir integración modal en algunos servicios y no en otros".

"Creo que la analogía con el caso de Bogotá es equivocada, o sea, en Bogotá el Transmilenio fue una cosa más chica, partió sólo en dos ejes de la ciudad, es muy distinta a la de Santiago. Lo que hicieron allá fue implementar un sistema de metro de superficie".

-Pero, ¿coincide con el colombiano Darío Hidalgo, ex subgerente de Transmilenio, quien ha advertido que Santiago optó por lo más difícil y más riesgoso considerando que se va a modernizar todo el sistema de transporte de una vez?
"Más que riesgoso prefiero decir que es ambicioso. Es algo que en esta escala no se ha hecho en otras partes del mundo, pero por otro lado, el sistema de Santiago era tan ineficiente, tan malo, que había que hacer algo. Y al final los problemas que pueden surgir por el Transantiago, básicamente, tienen que ver también con cómo las personas se preparan y se adaptan al cambio".

"Me explico: si las personas llegan el día 10 sin haber averiguado antes cuáles son las líneas que deberían tomar, sin haber estudiado el folleto que ya le deben haber entregado o haber buscado en internet cómo llegar a un punto...Si la gente no se prepara para eso claramente el sistema va a ser más difícil".

-Pero usuarios y conductores han manifestado un desconocimiento de lo que va a ser el sistema a partir del 10 de febrero. Incluso las autoridades han habilitado un número de teléfono de consulta, pero algunas veces las operadoras no han sabido dar bien la información a la gente. ¿Qué tanto puede hacer, en que el sistema no funcione tan bien, este tema de la información?
"A ver...yo me metí a internet y me quedó muy claro cómo tomar un bus del punto A al punto B. Además, está el librito que deben estar distribuyendo. O sea, la gente tiene que hacer un esfuerzo por tratar también ellos de hacer sus tareas. Es un cambio que requiere que la gente participe, haga su parte del esfuerzo, preparándose para el cambio".

"Creo que ya estamos en un país con suficiente desarrollo, en que las cosas no hay que dárselas con cuchara a la gente, la gente podrá poner algo de su parte. Y la otra cosa es que la gente tiene que entender que ésta es una reforma complicada y que por lo tanto, tenga paciencia. Probablemente los primeros días sea bastante caótico. Hay que esperar hasta que las cosas se calmen y la gente se vaya acostumbrando y entendiendo los recorridos que tiene que tomar. Probablemente se va a demorar un par de semanas".

-¿Cómo ve el tema del pago electrónico?
"Lo encuentro fantástico. Piensa las ventajas que tiene. En primer lugar, los buses no van a andar con efectivo, o sea, de partida vas a reducir todos los atracos a choferes. Lo más importante del sistema electrónico es que permite integrar el sistema de transporte, que tú puedas subirte a una micro, bajarte, después tomar otra micro o el metro y no pagar dos tarifas. El sistema electrónico es requisito indispensable para tener un sistema de transporte moderno".

-¿Qué tanto en contra le puede jugar el que aún no todos los buses tienen los dispositivos para realizar el pago electrónico?
"Tengo entendido que para el 10 tiene que estar eso funcionando. Si no está eso es complicado. El punto es de quién es responsabilidad de que eso no esté, no es del gobierno, es del Administrador Financiero. Entonces, si no están todos los cobradores, en ningún caso se le debería achacar al gobierno".

-Pero la responsabilidad del gobierno sí vendría por el lado de la infraestructura, el que todavía no estén todos los paraderos, que hayan calles todavía con arreglos...
"Sí, pero eso sólo hace que el sistema sea más lento. Si no está la infraestructura, si no está Santa Rosa quiere decir que los servicios que pasan por ahí van a ser más lentos que en caso contrario, pero si no están los buses con el sistema electrónico de pago, ésa sí que es una falla estructural al sistema que puede complicar bastante la implementación".

ANDRÉS GÓMEZ-LOBO

Ingeniero comercial de la Universidad Católica.

Ph.D. en Economía de University College London.

Ana María Ibáñez, economista colombiana: "Chile está en un proceso muy distinto al de Bogotá"

La colombiana Ana María Ibáñez sabe de "revoluciones" en el transporte público. Es académica de la Universidad de los Andes, en Bogotá, doctora en Economía y ha escrito diversos papers sobre la "economía del Transmilenio", el sistema que inspiró al Transantiago.

-¿Se cumplieron los objetivos de Transmilenio?
"Sí. Transmilenio se hizo gradualmente. Se han hecho las 3 primeras fases y en 2015 estará completo. Las calles estaban llenas, había contaminación y accidentes. Eso se organizó".

-¿Sus principales dificultades?
"En las rutas en las cuales no opera Transmilenio hay un exceso de buses, contaminación y caos. Se debe a que el sistema fue gradual".

-En Chile no se va a hacer gradual. ¿Cómo lo ve?
"Lo ideal es hacer todo de una vez".

-¿A pesar del riesgo?
"Chile está en un proceso distinto al de Bogotá. Tiene metro y pueden pensar cómo funcionará Transantiago. No me parece un riesgo tan alto".

-¿Cómo ha operado el sistema de pago electrónico en Colombia?
"Ha mejorado la seguridad. Y al tener centralizada la tarifa, la recogida del dinero ha mejorado muchísimo".

-¿Y en información de usuarios?
"La gente entendió rápido cómo funcionaba el sistema y era muy cívica en él. No fue tan traumático".

-¿Qué errores del Transmilenio deberíamos tener en cuenta en Chile?

"El principal obstáculo fue haber implementado el sistema de manera gradual. Se hablaba mucho de colusión. En la primera fase las personas que compitieron realmente lo hacían. En los pasos subsiguientes ya se sabía cómo funcionaban las cosas y eso permite que haya colusión entre ellos".

























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