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Astro-ingeniería:

De a poco, otras disciplinas potencian la astronomía en Chile

miércoles, 25 de noviembre de 2015

Lorena Guzmán H,
Vida Ciencia Tecnología
El Mercurio

Las claves para avanzar localmente son aceptar que esta ciencia no involucra solo a astrónomos y que su tecnología también sirve para otras actividades.



Aun cuando Chile ya tiene el 50% de la capacidad de observación astronómica mundial instalada en su territorio, y en 2020 tendrá el 70%, es poco lo que ha logrado hacer en instrumentación y manejo de datos en el país. La actividad se estaría encaminando, pero faltan décadas para igualar a la competencia.

La astronomía se está convirtiendo en algo que identifica a Chile, dijo ayer el embajador Gabriel Rodríguez, director de Energía, Ciencia y Tecnología e Innovación del Ministerio de Relaciones Exteriores, durante la inauguración del III Taller de Astro-Ingeniería. Sin embargo, todavía falta hacer más que solo ciencia y comenzar a pujar por todo lo que permite que esta actividad se desarrolle: la tecnología.

"Estamos en una posición extremadamente ventajosa. Lo que nos falta ahora es generar negocio y lograr la transferencia", opina Jorge Ibsen, jefe de computación de ALMA y quien encabeza la organización del taller que finaliza mañana.

Chile tiene los observatorios y uno de los cielos más perfectos para observar el universo, pero le falta salirse de la caja. Si bien en los últimos 20 años se ha erigido una comunidad astronómica considerable, el resto de las disciplinas que podrían trabajar junto a ella están al debe.

"Para operar los telescopios necesitamos personas con habilidades especiales, las que muchas veces vienen de la ingeniería", dice Jochen Haucke, director de Ingeniería de Software de ESO. El problema, agrega, es que mucha gente no conoce las oportunidades en los observatorios para los no astrónomos. Por eso hay que difundir para generar interés, dice.

Otro tanto pasa con la tecnología, agrega Chris Smith, director del Observatorio AURA en Chile, consorcio que está instalando el LSST, un telescopio que mapeará el cielo completo cada tres o cuatro noches. El lograr la técnica para manejar esa avalancha de datos es lo mismo que se necesitará en medicina para analizar una imagen del cerebro, por ejemplo. "Esta es una gran oportunidad", dice.

En 1996, Sudáfrica declaró a la astronomía como área prioritaria, y desde entonces formó gente, construyó un telescopio óptico de 10 metros (SALT) y se hizo parte del consorcio de SKA, el que será el radiotelescopio más grande en su tipo. La fórmula del éxito: financiamiento.

"En el contexto actual se están abriendo muchas oportunidades en las que Chile podría participar, pero el problema son los fondos. Hacer astronomía es difícil en todas partes, pero siempre hay una base. Se puede reducir un proyecto, pero no eliminarlo, como podría suceder acá", opina Leonardo Vanzi, del Centro de Astro-Ingeniería UC y líder de la parte chilena de MOONS, espectrógrafo en construcción que potenciará al VLT, en Paranal.

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