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Colegio Miraflores de Viña del Mar, en la V Región:

Una escuela donde la comunidad es un aliado fundamental del aprendizaje de los niños

lunes, 12 de octubre de 2015

Margherita Cordano F.
Educación
El Mercurio

Los alumnos, habitantes de las poblaciones aledañas al recinto y que han surgido de tomas, reciben la visita de una matrona que los guía en su formación sexual. La institución también tiene convenios con empresas sustentables y universidades que aportan al desarrollo integral de los estudiantes.



Gran parte de los 780 alumnos del Colegio Miraflores de Viña del Mar vive en las poblaciones alrededor del establecimiento. Muchos no cuentan con acceso a luz ni agua y, en algunos casos, la comida solo llega cuando se asiste a clases; en sus casas suele ser difícil llenar los platos.

"La mayoría vive en tomas, por lo que el colegio se ha transformado en un lugar donde se sienten protegidos, donde acceden a cosas que en sus casas no siempre pueden darles", cuenta Carla Henríquez, asistente social y parte del equipo psicosocial de la institución.

El colegio, de dependencia municipal, recibe niños de prebásica hasta octavo, y entre el 62% y 81% de ellos se encuentra en condición de vulnerabilidad social.

Entre las cosas que el colegio siente importante entregar a sus alumnos, está una orientación en torno a su formación sexual. De ahí que desde hace un año, y cada 15 días, una matrona del Centro de Salud Familiar de la zona visite el establecimiento para dar charlas y resolver dudas de los estudiantes.

La iniciativa, bautizada como "Aprendiendo y practicando nuestras habilidades sociales y afectivas", permitió que el colegio municipal ingresara este año a la Red de Escuelas Líderes de Educación en Pobreza, iniciativa que impulsan Fundación Chile, Fundación Educacional Arauco, Minera Escondida y "El Mercurio". Su propósito es destacar la labor de colegios que entregan educación de calidad en contextos vulnerables.

Durante sus encuentros con la matrona Claudia Saavedra, los niños están autorizados a interrumpir, hacer preguntas y dar a conocer experiencias.

"La idea es que puedan conversar conmigo, que no sea una cátedra más. Partimos con niños de 5° básico, tocando temas relacionados con la pubertad y los cambios que vienen: físicos, psicológicos y sociales. Más adelante se habla sobre sexualidad y prevención, sobre afectividad y embarazo adolescente, además de cuidado en torno a enfermedades de transmisión sexual", cuenta la especialista.

"Nos enseñaron que íbamos a empezar a desarrollarnos y que eso significaba que nuestro cuerpo iba a cambiar; que había que cuidar nuestra higiene para atenderlo y valorarlo", explica Javiera Cisternas, de 5° básico. "Las compañeras se ponen nerviosas de hablar estas cosas con sus mamás, así que es bueno tener a alguien profesional que nos ayude", agrega convencida.

Francisca Orellana, psicóloga del establecimiento, concuerda con Javiera. "Para muchos papás estos son temas complicados de tratar. Por lo mismo, como establecimiento nos apoyamos en el trabajo colaborativo, buscamos a expertos que puedan darnos una mano y nos ayuden a despejar dudas. No por ser un colegio de menos recursos nos vamos a quedar de brazos cruzados".

Justamente, la institución viñamarina destaca por la cantidad de convenios -todos gratuitos- que han creado con la comunidad a su alrededor.

"Hace poco surgió un proyecto que tiene que ver con sustentabilidad. Una empresa nos donó pallets de madera en desuso y nos impusimos la tarea de transformarlos en mesas y sillas para el colegio. Para eso tuvimos ayuda de dos ingenieros ambientales", cuenta Orellana.

Esta instancia recreativa permitió generar espacios de conversación y respeto entre los alumnos. "Nos tocó desarmar, lijar y pintar. Al principio fue difícil, pero nunca dejó de ser entretenido: uno cuenta con ayuda y tiene la oportunidad de hacer cosas distintas con los compañeros. Fue bueno compartir nuestras ideas", cuenta Gonzalo Bonilla, de 8° básico.

Creando compromiso

Iniciativas como estas ayudan a generar una identidad mayor con el colegio, explica Verónica Moraga, orientadora y profesora de Historia y Geografía. "Cuando son ellos quienes se involucran con lo que sucede dentro del establecimiento, nace el instinto de preocuparse y cuidarlo. Se vuelve mucho más parte de ellos", explica.

Otras alianzas del colegio son con las universidades Andrés Bello y Santo Tomás. Mientras la primera envía diariamente a alumnos de 5° año de Medicina a evaluar la salud de los escolares y cuidar de las heridas que puedan generarse en el recreo, la segunda ofrece asesoría psicológica, sesiones con terapeutas ocupacionales e incluso asesoría legal para las familias y profesores que lo requieran.

"Son programas que han ayudado a bajar el estrés dentro del colegio. Los alumnos se sienten más tranquilos y entran en confianza, lo que les ayuda a aprender mejor", plantea Moraga.

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