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Empresa puso en marcha la renovación de su rodoviario en Santiago y construye uno nuevo en Calama:

Pullman diversifica negocios y potencia área inmobiliaria ligada a terminales de buses

lunes, 07 de septiembre de 2015

Francisca Fernández
Economía y Negocios
El Mercurio

Con siete millones de personas transportadas al año, la compañía de la familia Farías activó inversiones por $12.500 millones en el rubro inmobiliario, para ampliar las operaciones en las que hoy participa: transporte de pasajeros, personal y carga.



Luis Pedro Farías es gerente general y heredero del holding que agrupa Pullman Bus (pasajeros), Pullman Industrial (transporte de personal) y Pullman Cargo (carga y encomiendas). Su padre, Pedro Farías, tiene casi 82 años, y sigue presidiendo el directorio de la compañía, en donde comenzó como auxiliar de bus y luego estuvo a cargo por casi 68 años.

La compañía tiene un patrimonio estimado de US$ 200 millones, una participación de mercado de 16% a nivel nacional en el segmento de transporte interurbano de pasajeros, movilizando a siete millones de pasajeros cada año, y una tasa de crecimiento de 8% anual.

Esto les ha permitido renovar y potenciar en los últimos años su flota, que totaliza 1.200 buses y 400 camiones.

A la par de la desaceleración de la economía, la firma enfrenta una dura competencia no solo de los buses interurbanos, sino también de la industria informal -los "buses pirata"- y del transporte aéreo, uno de cuyos actores (Sky) se convirtió en aerolínea de bajo costo.

El primogénito del grupo Pullman afirma que al tener tres áreas de negocios -transporte de pasajeros, personal y carga- pueden proyectarse con relativo optimismo y mantener un equilibrio en sus flujos.

Pero la menor actividad de la minería ha puesto una cuota de incertidumbre en la compañía, por el freno de proyectos y la reducción de producción en algunas mineras que conlleva normalmente despidos y mermas en el transporte de personal. Farías admite que "seguramente se resentirán (los viajes ligados al sector minero), por lo que tendremos que llegar a un acuerdo con las empresas mineras sobre cómo enfrentar este nuevo escenario".

El transporte no es el único giro de la empresa. Hoy invierten $12.500 millones (cerca de US$ 18 millones) en el negocio inmobiliario, a través de dos proyectos emblemáticos: la renovación de su terminal de buses en Santiago y la construcción de un nuevo terminal en Calama. La concesión del recinto de Santiago fue adjudicada a Inmobiliaria PyR, en la cual la familia Farías tiene una participación de 60%.

Con estos proyectos pretende ligar el negocio del transporte con el rubro inmobiliario a través de la construcción de centros comerciales, strip centers , tiendas de retail , supermercados, e incluso hoteles en los terminales antes mencionados. La inversión inmobiliaria anual de Pullman es cercana a US$ 10 millones.

Caso Colusión: "Fue ponerse de acuerdo para poder trabajar en armonía"

En este período, Farías también debió hacer frente a la acusación que en 2011 hizo la Fiscalía Nacional Económica por colusión en los precios de los pasajes para la ruta Santiago-Curacaví entre las líneas Pullman Bus y Ruta Vía Curacaví. Esta práctica, según la FNE, se extendió entre 2008 y 2011, y la empresa debió pagar una multa de $736 millones.

El gerente general del holding aclara que la firma sancionada fue Pullman Bus Costa Central y que "fueron ejecutivos de esa empresa los que incurrieron en esta práctica, asignando frecuencias entre las líneas que cubrían la ruta Curacaví, lo cual no es correcto".

Pullman Bus Costa Central es una asociación en la cual Pullman Bus tiene un 30%, y Luis Pedro Farías integra su directorio. De igual forma se hace cargo del tema y sostiene que pagaron la multa, porque "había que seguir trabajando, mirar el futuro y cerrar el capítulo".

-¿Hubo o no colusión?

"Ni de frecuencias ni de tarifas. Lo que hubo fue competencia. Había dos empresas que por años estaban compitiendo en la ruta Curacaví con ciertas frecuencias establecidas, y llegó un tercer actor (Atevil). Esto provocó una alteración en los precios de los pasajes, que llegaron a bajar un 50%, y se produjeron roces, topones y discusiones entre los conductores. Hubo reuniones y conversaciones, pero para tratar de trabajar en armonía y evitar las malas prácticas durante las operaciones de los buses".

-Entonces, ¿sí se pusieron de acuerdo?

"Fue ponerse de acuerdo para poder trabajar en armonía. Es de lógica, y no creo que atente contra la libre competencia, decir 'en vez de que vayamos los dos a las 10:00 horas, y después los dos a las 11:00, que uno vaya a las 10:00 y el otro a las 10:30'. Nunca ha habido colusión entre las empresas de buses. Este mercado es muy competitivo".

-Pero el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia estimó lo contrario.

"Es que no estudian a fondo las cosas, porque a veces lo que puede parecer que es, no necesariamente es".

-¿Bajaron las ventas por esto?

"No tuvo un impacto económico, salvo el tema de la multa. La pagamos porque puede resultar peor el remedio que la enfermedad. Decidimos cerrar el capítulo y mirar hacia el futuro".

-¿Qué cambios aplicaron?

"Se firmó un manual de buenas prácticas en materias de libre competencia y un 'oficial' vela por el cumplimiento de estas normas. Fue una de las recomendaciones que nos hizo la Fiscalía Económica y que se está llevando a cabo".

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