Esta es la primera vez que Cristián Velasco muestra esta obra en Chile. La creó en 2013 para una exposición en Sao Paulo y cuenta que tardó cerca de tres meses en su producción. En esta pieza, cosida a máquina y bordada a mano, cruza sus intereses en cuanto a pintura, objeto y bordado, al tiempo que recoge una carga conceptual al usar la cruz sagrada (Chacana) como imagen predominante: "Un ícono utilizado por las culturas andinas y mapuche para expresar una serie de elementos espirituales y cosmológicos". De este modo, quiere rescatar un valor histórico que va más allá de una época, dejando en evidencia la importancia de la conexión social.