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Preparación para la vida laboral:

Las habilidades blandas deberían entrenarse durante toda la educación formal

lunes, 03 de agosto de 2015

Economía y Negocios
Educación
El Mercurio

Una buena formación técnica o profesional no es lo único que hoy buscan las empresas. Saber adaptarse, trabajar en equipo, ser proactivo o tener una comunicación eficaz pueden hacer la diferencia cuando se compite por un puesto.



Cuando recién se entra al mercado laboral no se tiene experiencia como para diferenciarse de la competencia. Las capacidades técnicas pueden ayudar, pero cada vez más están aumentando su protagonismo las llamadas habilidades blandas, esas que si se tienen pueden definir el camino profesional entre el éxito y el fracaso.

Por ello la revista Forbes actualizó su lista de las habilidades más demandadas por el mercado hoy, entre las que se encuentran el trabajo en equipo, la capacidad de resolución de problemas, una comunicación eficaz; la capacidad de organización, planificación y priorización; el análisis y procesamiento de información y el análisis de datos cuantitativos, entre otras.

Si bien muchas de ellas no parecen ser demasiado nuevas, todas son fundamentales al momento de elegir personal. Por eso los especialistas coinciden en que mientras antes se comience el entrenamiento de ellas, mejor.

Blandas pero difíciles

A pesar de que el adjetivo "blandas" podría poner a este conjunto de habilidades en un segundo plano, su aprendizaje puede ser incluso más arduo que las capacidades técnicas o duras, coinciden los expertos. Esto, no solo porque en muchos sentidos pueden resultar ambiguas, sino también porque su desarrollo depende de las características de personalidad de cada persona.

Parte de la función de estas habilidades, explica Natalia Salas -directora de Pedagogía Media de la Universidad Diego Portales-, es lograr aprender a relacionarse, organizacionalmente hablando, en cada nuevo trabajo. "Lo que se busca hoy es la flexibilidad y la capacidad de reconocimiento de los aspectos clave que nos permitirán acercamos a un espacio de trabajo y poder sumergirnos en esa cultura laboral específica", dice.

Si se comparan profesionales recién salidos de distintas instituciones, probablemente no habrá muchas diferencias en lo que a capacidades técnicas se refiere, dice Jorge Cea, jefe de carrera de Ingeniería Comercial de la Universidad Federico Santa María. "Por eso quienes contratan están buscando la distinción, en otras cosas. Haber participado en causas sociales, en el gobierno estudiantil o haber competido en algún deporte pueden ser pruebas de que la persona aprendió habilidades blandas, tales como trabajar en equipo o manejar la frustración", dice.

Esta maleabilidad no es menor, agrega Héctor Madrid -académico de la Escuela de Administración de la Universidad Católica y PhD en Psicología Laboral-organizacional-, si se considera que en el contexto nacional estamos caminando hacia una sociedad donde la generación de las ideas viene del trabajo colaborativo entre las personas.

Esa capacidad de conversar y empatizar con las ideas del otro para lograr llegar a un resultado común es algo que debería ir formándose en la etapa escolar, dice Jorge Cea. "El poder minimizar la idea propia frente a otra para lograr avanzar va a la par de poder expresarse de manera correcta", explica. Algo que en la sala de clases debe ser fundamental.

Lo mismo pasa con el concepto de generar una actitud emprendedora, el que va más allá de crear una empresa; es más bien una forma de mirar la vida. "Esta permite ir creando cosas nuevas, las que a su vez se combinan con los conocimientos de otros para terminar generando las grandes ideas", dice.

El problema, continúa Cea, es que en Chile estamos muy atrasados en este aspecto. "Varios informes nos dicen que los temas de innovación, creatividad, emprendimiento y trabajo en equipo están muy débiles en el colegio, mientras que en la universidad se tocan casi únicamente en las escuelas de negocios", dice.

Natalia Salas concuerda con que estas habilidades deberían entrenarse desde el colegio y continuar en la educación superior, pero es más optimista en su evaluación. "Las universidades ya las están comenzando a incorporar dentro de su currículum. Incluso son parte de las competencias de egreso que se debieran lograr", dice.

Aprendizaje y evolución

Dado que el mercado va cambiando tanto la educación en todos sus niveles debe ir adaptándose, advierte Lucas Canevar, director de DNA Human Capital, consultora headhunter . "Las técnicas de educación tienen que evolucionar y el uso de la lógica y el raciocinio deben tender a la colaboración", explica.

La forma de corregir para enseñar también tendrá que modificarse, agrega Felipe Lagos, director de Adecco Professional. "Pensando en las habilidades de comunicación, cuando presentas un trabajo, hoy la corrección solo se concentra en la parte técnica, pero nadie revisa la forma de expresarse, tanto en lo oral como en lo escrito", dice. Otro aspecto que debería cambiar, continúa, va hacia potenciar el manejo de la frustración por parte del alumno cuando se le dice que algo está incorrecto. Otra clave para aprender a trabajar en equipo. Y nuevamente esto tiene que partir desde el colegio.

Ahora bien, el entrenamiento de las habilidades blandas durante la etapa escolar y universitaria también debe inculcar el mejorar estas habilidades como una forma de vida profesional. El debate de cuándo y cómo entrenarlas aún sigue en desarrollo, dice Héctor Madrid. "Para que haya aprendizaje es necesario tener la oportunidad de utilizar ese conocimiento de forma casi inmediata, de otro modo la transferencia de conocimiento es casi nula", advierte. Por ello, las habilidades blandas se deben actualizar toda la vida.

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