El surrealismo poético de Helmut Kand
jueves, 25 de junio de 2015
Álex Miranda Henríquez
Cultura
El Mercurio
Setenta pinturas y 14 esculturas componen la muestra "El oleaje de la vida" del artista austríaco en Santiago, que acá explica sobre el origen del llamativo colorido de sus cuadros.
Un "surrealista poético". Así es como el artista austríaco Helmut Kand se define a sí mismo. "Eso lo digo solo para las personas que sienten esa necesidad de categorizar. Antes que ellos me pongan en una categoría que yo creo que es errónea, les ofrezco una de antemano". Así explica el mote que él mismo ha cargado por tanto tiempo, sentado en el living de la Embajada de Austria en Chile, mientras en la habitación contigua se realiza una cena en su honor, con comidas y tragos típicos de su país. Que Kand esté en Chile no es gratuito; la exposición "El oleaje de la vida" se presenta en Casas de Lo Matta, con 70 pinturas y 14 esculturas de su autoría, para luego viajar a la sala El Farol de la Universidad de Valparaíso y después a la sala de la minera Collahuasi, en Iquique. La historia de Helmut Kand comenzó en 1946 en la ciudad de Bruck an der Mur, en el estado de Styria, donde nació. Él mismo ha dicho que su primera experiencia artística fue a los 4 años pintando en acuarela junto con su padre. Estudió en la Academy of Fine Arts de Viena, para luego adquirir más conocimientos en Roma, Londres y Florencia. De regreso al almuerzo, dos personas de traje hablan del espumante rojo que les sirven antes de la comida y sobre qué les parecen las obras de Kand. "Son muy chillonas para mi gusto", dice uno de los dos, mientras el otro responde: "A mí me gusta eso, como que el color le da fuerza". La conversación no es antojadiza, ya que lo primero que uno nota en los cuadros de Kand es el fuerte color que muestran. Según Kand, el nacer en Austria lo marcó, ya que la gente del norte de Europa siempre es relacionada con colores grises o más opacos, algo de lo que el artista trató de alejarse después de pasar múltiples veranos en la isla griega de Ios. "Despertaba todas las mañanas tomando esa luz y alegría de la isla, y eso trato de retratarlo con colores fuertes y que contrastan fuertemente con los del norte. Esos colores llaman la atención y capturan tu mirada", explica. La cena terminó y Helmut Kand ya se devolvió a Europa -donde tenía otra exposición que presentar-, pero "El oleaje de la vida" sigue hasta este domingo 28 de junio en Casas de Lo Matta y luego abrir en Valparaíso el 22 de julio, hasta finales de agosto, cuando viajará a Iquique. Como cierre, Kand dice: "No hay una idea preconcebida antes de pintar. A veces miro mi mano derecha con el pincel y me pregunto ¿qué hará ahora? Dejo que la pintura tome el control. El título se me ocurre al final".
