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Paga tus impuestos y haz lo que quieras

viernes, 17 de abril de 2015

Eduardo Ruiz-Moreno N.
Economista


Como ha cambiado el sentimiento hacia el pago de impuestos en los últimos 60 días. Todo lo que parecía normal se ha transformado en anormal o delito. Esto nos hace reflexionar que las personas fácilmente se pueden acostumbrar a un cambio de escenario, sobre todo si las consecuencias de un error que podría llevarnos incluso detrás de las rejas.

Esta nueva forma de ver las cosas es la correcta y es la discusión que incluso se le planteo a Jesús en sus momentos de predicación hace más de 2 mi años. Es que nadie ha sido indiferente a los impuestos y tampoco nadie debiese quedar exceptuado de pagarlos, independiente de su condición económica, social o política.

‎Los impuestos son parte de nuestra cultura y es una proporción de lo que genero con mi trabajo. El pago de los mismos debiese ser sencillo de calcular.

En este último punto comienza el problema de la evasión según mi punto de vista. Las autoridades se empeñan en hacer difícil lo que debiese ser fácil. No es posible que un pequeño comerciante deba contratar un asesor tributario para calcular correctamente lo que le corresponde pagar al Fisco. Esto es un error de base que posibilita la evasión y desinhibe el emprendimiento.

Por otra parte, no es posible que se siga majaderamente insistiendo que los impuestos solamente lo pagan los ricos, siendo que la recaudación del IVA es la más importante de todas las recaudaciones y ésta afecta a todas las personas. Por lo tanto si queremos tener una sociedad verdaderamente consiente de la tributación, es necesario separar el costo del producto que se compra del impuesto al valor agregado, de manera que el consumidor tenga presente que en cada una de sus compras diarias, paga al Fisco un 20% del total adquirido.

La cultura de la evasión es a toda escala y así como se empujó a que el comercio entregara boletas por cada una de las compras realizadas, también es necesario solicitar las mismas a cada servicio que se entrega, sin importar el monto o las características del trabajo entregado.

Un jardinero, plomero, carpintero o asesor de alta calificación debiese entregar una boleta a quien le está solicitando ese servicio y eliminar desde raíz la famosa frase “a lo compadre nomás” que en buen Chileno quiere decir, te hago el trabajo pero no te entrego ninguna boleta o factura y tú me pagas en dinero efectivo nomás. El cambio de actitud reciente se está produciendo a nivel del empresariado, pero es indispensable que permee a toda la sociedad, de manera que cada uno contribuya con lo que le corresponde por ley, entregar al Fisco.

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