Los agricultores estadounidenses están plantando más soya en desmedro del llamado "rey maíz", en un giro radical que está sacudiendo los mercados de futuros y generando una onda expansiva en toda la agroindustria. Los analistas predicen que los agricultores plantarán una cifra récord de hectáreas de soya en el segundo trimestre, que coincide con la llegada de la primavera en el hemisferio norte, por segundo año consecutivo, y reducirán las plantaciones de maíz por tercer año consecutivo. La decisión se produce en momentos en que los agricultores estadounidenses afrontan una reducción de 50% en los precios del maíz desde 2012, la mayor cosecha del grano del país por volumen. El Departamento de Agricultura de EE.UU. anunciará el martes sus proyecciones para la siembra de soya y maíz. Los analistas prevén que las hectáreas sembradas con soya crezcan 3%, a 34,8 millones de hectáreas, y las de maíz caigan 2%, a 35,9 millones de hectáreas frente a los niveles del año pasado, según un sondeo realizado por The Wall Street Journal. No obstante, el cultivo de soya, cuyos múltiples usos van desde la alimentación de animales al aderezo de ensaladas, tiene sus desventajas. Numerosos operadores e inversionistas apuestan a que el aumento de la producción desatará bruscos declives en los precios de los futuros de soya, lo que podría hacer que el mercado de US$ 35 mil millones al año tenga sus precios más bajos desde 2009. "Lo más factible es una caída", señala Steve DeCook, director general de Four Seasons Commodities Corp., una firma que gestiona unos US$ 125 mil millones en activos agrícolas. La empresa tiene posiciones que se benefician de una baja persistente de los contratos a futuro de la soya, que ya han descendido 5% este año, luego de caer 28% en los dos años anteriores. Razones para plantar soya Los precios han caído menos que los del maíz, la demanda ha sido más robusta y la producción de oleaginosas es más barata, debido al menor costo de las semillas y el menor uso de fertilizantes. El cambio está golpeando el bolsillo de fabricantes estadounidenses de semillas, como Monsanto Co. y DuPont Co., que generan mayores ganancias y facturación con la venta de maíz. Los precios de la soya para entrega en mayo cayeron 0,7% el viernes, para quedar en US$ 9,6725 el bushel en la Bolsa Mercantil de Chicago. Algunos analistas opinan que los futuros de la soya podrían caer por debajo de los US$ 9 por bushel durante este año, debido al incremento de la producción en EE.UU. y el mundo. El banco de inversión Goldman Sachs Group Inc. predijo que los precios descenderían por debajo de US$ 8,75 por bushel en seis meses. Terry Reilly, analista de la corredora Futures International LLC, prevé que los precios caigan a US$ 8,50 por bushel. Un nuevo declive en los precios de la soya intensificaría la presión a la baja que ya existe sobre los precios de los alimentos, beneficiando a los consumidores. El índice mensual de precios de los alimentos que elabora la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) bajó 1% en febrero, a su menor nivel desde julio de 2010. ¿Qué pasará con el maíz? Por otra parte, la reducción de la siembra de maíz podría apuntalar los precios de ese mercado, que se ha visto perjudicado por la cosecha récord de 14.200 millones de bushels en EE.UU. y preocupaciones por una disminución en la demanda de los productores de etanol, que enfrentan una caída en los precios a causa del desplome del precio del petróleo. Los contratos a futuro del maíz acumulan un descenso de 1,5% este año. El incremento previsto de las plantaciones de soya en EE.UU. coincide con una producción récord en Brasil y Argentina, los dos mayores productores de soya del mundo después de EE.UU. Se espera que la de este año sea la mayor cosecha de la historia de esta oleaginosa. Los agricultores estadounidenses produjeron en 2014 un récord de 3.970 millones de bushels, un aumento de 18% frente al año previo. El informe que dará a conocer el Departamento de Agricultura estadounidense el martes podría influir en las decisiones de los agricultores. Si el gobierno proyecta un aumento significativo en las hectáreas plantadas, por ejemplo, lo que va de la mano con un declive de los precios de la soya, algunos agricultores podrían estimar que la soya dejó de ser la alternativa más rentable. "Ya hay gente que lo está pensando dos veces sobre la soya, debido a las grandes cosechas en Sudamérica", advierte Dale Durchholz, analista de mercado de la firma de gestión de riesgo AgriVisor. Un clima templado en la primavera boreal, que habitualmente beneficia los rendimientos de la cosecha de maíz, podría hacer que los agricultores determinen que es más conveniente reasignar más hectáreas al maíz y menos a la soya. No obstante, incluso un aumento modesto de las plantaciones de soya en EE.UU. podría ser una mala noticia para los precios del grano, dice Chip Nellinger, director de la firma de asesoría Blue Reef Agri-Marketing, Inc. "Los inventarios de soya están en niveles récords y las cosechas en ambos hemisferios han sido enormes", insiste.
Este cultivo crecerá por segundo año consecutivo y se reducirán las plantaciones de maíz por tercer año.