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Innovación abierta:

Oportunidad para emprendedores e inventores

domingo, 29 de marzo de 2015

Economía y Negocios

El Mercurio

Una de las alternativas para testear y financiar proyectos, en el mundo y en Chile, son las plataformas de crowdfunding.



¿Un plan de negocios de 50 páginas? De ninguna manera, con una idea de negocio resumida en una página es posible saber tempranamente si un producto o servicio realmente tiene futuro.

En la cima de la economía creativa

La innovación abierta no es solo un enfoque accesible a las grandes corporaciones. También lo es para emprendedores e inventores.

La relación más evidente entre la innovación abierta de las empresas y los emprendedores e inventores es el papel que estos últimos están jugando en los programas abiertos de innovación. Muchas veces, los inventores y emprendedores aspirantes son los primeros en identificar una nueva combinación de tecnologías que podría agregar valor a los consumidores o a la sociedad. Sin embargo, con frecuencia carecen de los recursos y el acceso a los mercados para explotar de manera significativa la oportunidad. Aquí es donde los programas de innovación abierta corporativas se conectan con los emprendedores.

El domingo pasado, hablamos de cómo las empresas a menudo obtienen innovaciones o las patentes de emprededores y luego desarrollan aún más o integran estas soluciones a la cartera de sus productos y servicios.

Sin embargo, esta es solo una de las muchas maneras en que los inventores y emprendedores pueden aplicar los conceptos de innovación abierta. En su esencia, esta última se trata de que el proceso de innovación sea externo desde un principio.

Esto último está muy alineado con las últimas metodologías (siglo XXI) sobre iniciativa empresarial. Cuando obtuve mi doctorado en emprendimiento empresarial en la Universidad de Colorado, en 2001, prácticamente todas las universidades que tenían cursos empresariales se centraban en enseñar a los estudiantes los fundamentos de un plan de negocios. Ello implicaba dedicar uno o dos cursos semestrales sobre temas como estrategia, recursos humanos, márketing, operaciones, financiación y proyecciones financieras; todo ello normalmente se aplicaba a un negocio ficticio.

Lean Startup

Eso quedó en el pasado. Hoy, la mayoría de las principales universidades orientadas al emprendimiento casi han abandonado la enseñanza de la planificación empresarial y ahora enseñan un concepto denominado Lean Startup.

Lean Startup sugiere que, en lugar de escribir un plan de negocios de 50 páginas para luego comenzar la búsqueda de financiamiento para construir una versión beta de un nuevo producto o servicio e introducirlo en el mercado, los emprendedores deben crear en una página (Modelo de Negocios Canvas) con nueve suposiciones sobre su idea de negocio.

Se trata de ir inmediatamente al mundo a averiguar si el mercado quiere o no ese producto o servicio, y si no lo quiere, qué es lo que realmente están buscando los consumidores. Con ello se anima a los empresarios a involucrar a los consumidores en cocrear una solución que satisfaga sus necesidades. Estas primeras iteraciones se denominan Productos Viables Mínimos (MVP).

Tengo una experiencia relacionada que me gustaría compartir. En 2012, fui invitado por la Universidad de Columbia Británica en Canadá para enseñar un curso de fin de semana sobre emprendimiento empresarial en el programa MBA. Desarrollé el curso utilizando la metodología Lean Startup. El viernes por la tarde los alumnos, en forma individual o en equipo sugirieron ideas para nuevos emprendimientos. El sábado, los equipos trabajaron en el desarrollo de un MVP y en su página de Modelo de Negocios Canvas.

Uno de esos equipos ya había tomado un curso de planificación de negocios del siglo XX y tenía un plan de 50 páginas, gráficamente diseñado. También había comenzado a recaudar dinero de amigos y familiares para conseguir su aventura.

La idea básica de su proyecto era aprovechar el tiempo de inactividad de los usuarios de telefonía celular, para que estos realizaran encuestas para los minoristas locales, quienes si bien necesitaban los datos, no tenían la capacidad de desarrrollar y aplicar las encuestas para determinar las necesidades y deseos de la comunidad.

El líder del grupo era un estudiante australiano muy brillante, quien regresó muy deprimido cuando presentó su MVP a la gente en la calle, para obtener retroalimentación. Le pregunté qué había pasado. Encontró que nadie realmente quería "perder el tiempo" llenando encuestas en su teléfono porque la mayoría de la gente prefería usar Whatsapp, Facebook o navegar por la web con su tiempo de inactividad.

Esto puede no ser sorprendente para cualquiera de ustedes, pero pueden imaginar que fue doloroso para el estudiante, dado el avance que tenía el desarrollo del emprendimiento.

Considero que esta forma de interacción temprana y regular con los usuarios o clientes potenciales debe ser un ejemplo, no solo de la aplicación de metodologías Lean Startup, sino que también de la manera en que los emprendedores están adoptando la innovación abierta en la cocreación de nuevas ideas de productos.

Plataformas CROWDFUNDING

Además de usar los futuros clientes como cocreadores, cada vez más los inventores y emprendedores están acudiendo a las plataformas de crowdfunding para determinar la demanda de sus productos y recibir financiamiento.

La más famosa de estas plataformas es Kickstarter, con sede en los EE.UU. Desde su fundación, ha conectado a más de ocho millones de clientes para financiar cerca de US$1,6 millones, en el lanzamiento de más de 80.000 proyectos.

Si bien existen diferentes modos de crowdfunding, una de las formas más comunes permite a los inventores y emprendedores desarrollar un concepto -a menudo en modelos 3D u otras formas incompletas- y promover el producto o servicio a la comunidad crowdfunding, con un descuento para cualquiera que esté dispuesto a aportar dinero.

De esta manera, el inventor es capaz de determinar muy tempranamente si los clientes potenciales en realidad quieren su producto o servicio, antes que de este se encuentre plenamente desarrollado o antes de contar con una capacidad de producción a gran escala.

Coolest cooler

Uno de mis ejemplos favoritos, de estas historias de un inventor independiente aprovechando una plataforma de crowdfunding para determinar el tamaño del mercado para un nuevo invento, es el de Ryan Grepper.

Avecinado en San Diego, renunció a su trabajo de más de una década en el campo de la medicina con el fin de convertirse en un inventor a tiempo completo. Después de varios inventos fallidos, sintió que ya era hora de fabricar el cooler para el siglo XXI, el Coolest Cooler.

Grepper desarrolló su prototipo con el concepto del fresco más fresco con alta tecnología y lanzó una campaña en Kickstarter hacia fines de 2013. Él no cumplió con su meta de recaudar US$$125.000 por lo que la campaña fracasó. Sin embargo, aprendió la lección, siguió avanzando en su producto viable mínimo (MVP) y puso en marcha una nueva campaña. Originalmente, la búsqueda en este segundo intento fue de solo US$50.000, y llegó a recaudar más de US$13 millones, para fabricar un cooler que trae triturador de hielo, parlante con Bluetooth resistente al agua, puerto USB, una tabla para cortar, ruedas a prueba de arena, luz LED y un abridor de botellas, entre otros.

En un artículo reciente del Washington Post, Grepper resume el mayor acceso a recursos compartidos y plataformas de crowdfunding que vemos hoy: "Estamos en la cima de la economía creativa. Hay muchas cosas que permiten hoy a las personas traducir sus ideas en productos físicos, reales. Estas condiciones no estaban disponibles hace cinco años".

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