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Wolf von Appen, socio del grupo Ultramar, elegido Empresario del Año:

"No hay ninguna duda de que seguramente nos vamos a internacionalizar más"

domingo, 29 de marzo de 2015

Economía y Negocios

El Mercurio

"Seguiremos creciendo orgánica e inorgánicamente", señala el empresario quien, junto a su hermano Sven, desarrolló este holding con presencia en 14 países y 10 mil empleados, y que hoy está al mando de la tercera generación.



Wolf Von Appen Behrmann (77 años, casado, tres hijos) tiene pasaporte chileno, habla con modismos chilenos, pero conserva la cadencia inconfundiblemente alemana. Quizás una síntesis de su vida y desarrollo empresarial. Nació en Hamburgo, Alemania, pero cuando tenía ocho semanas, con su familia llegó a Valparaíso.

Junto a su hermano Sven consolidaron el Grupo Ultramar, que está presente en 14 países, tiene 10 mil empleados y que maneja cuatro grandes líneas de negocios: logística y portuaria (Ultramar), remolcadores (Ultratug), navieros (Ultranav), y otros negocios (Ultraterra), como Mina Invierno.

Una historia empresarial que inició su padre, Albert Von Appen. En 1952, la Hamburg America Line -firma en la que había trabajado y que lo llevó a instalarse en Valparaíso-, reabrió la ruta a Chile, y unida a la Nord Deutscher Lloyd, le ofreció ser representante de las compañías en el país.

En 1971, el patriarca muere intempestivamente. "La muerte del padre nos pilló absolutamente de sorpresa, mal que mal éramos relativamente joven y teníamos la representación de empresas grandes y ganarnos la confianza de ellas fue importante. Lo logramos con las patas y el buche, nos tuvieron confianza y les cumplimos", destaca.

A su favor, tenían que ambos conocían la empresa. Los dos habían ido a Inglaterra y Alemania a trabajar y a perfeccionarse en la industria naviera. Y a pesar de que estuvieron tentados por quedarse, regresaron y comenzaron a trabajar en distintas posiciones en la firma, "como cualquier otro empleado", precisa.

Con su hermano Sven trabajaron codo a codo desde entonces, ambos aportando desde perfiles distintos y complementarios. "Mi hermano es más futurista, le gusta buscar proyectos nuevos. Yo soy más operativo, para ordenar cómo estábamos creciendo", grafica.

En esta trayectoria, ser conservadores les ha permitido abordar con tranquilidad las oportunidades, pero también la casualidad ha jugado un rol. Una la vivió su padre. Habían mandado a construir el primer barco de Ultragas para el transporte de gas licuado en el estrecho de Magallanes y justo conoció en el avión al dueño de la compañía que vendía el gas, nada menos que en Punta Arenas.

La segunda casualidad la vivió su hermano. "Una época muy difícil fue la de Allende, nosotros no veíamos futuro aquí... Sven, en uno de los viajes en avión buscando un lugar en América Latina donde comenzar una empresa, conoció a una persona que tenía una agencia naviera en Buenos Aires, la Agencia Marítima Internacional, hoy parte del grupo.

Tercera generación

El proyecto de darle un protocolo de sucesión a la empresa, surgió como necesidad precisamente por su experiencia de haber asumido responsabilidades sin una guía al respecto."No había nada escrito y como éramos jóvenes buscamos un asesor (Fried Stelloh), quien nos indujo a hacer un protocolo que decía que nos retirábamos a los 65 años".

Sin embargo, cuando llegaron a los 60 años, se dieron cuenta de que eran muy jóvenes. "Entonces fuimos a hablar con nuestros asesores, que queríamos quedarnos hasta los 70. Nos recomendaron hablar con los hijos, y éstos nos dijeron: ustedes han creado todo y pueden quedarse hasta cuando quieran, pero nosotros nos salimos... Bien realistas ellos, a lo cual reaccionamos y nos quedamos hasta los 68 años".

Una decisión de la que no se arrepiente. A su juicio, es necesario dar pasos a las nuevas generaciones, sobre todo en la parte operativa de una empresa, "y uno siempre puede seguir en la estrategia", acota.

Hoy, la tercera generación está a cargo de la empresa: Richard, su hijo, y Dag, hijo de Sven. Ambos son presidentes y tienen que estar de acuerdo en todo. Es decir, uno solo no puede tomar una decisión e imponerla, y no hay una persona que tenga voto para cambiar eso.

Se trata de un protocolo de la empresa, aclara Wolf Von Appen. Ellos pueden renunciar y quienes los sucedan deberán actuar de la misma forma.

¿Cuáles son los planes a futuro?

"Hemos crecido orgánicamente e inorgánicamente y seguiremos así, con ambas cosas (...) Hay muchos proyectos, pero de 10, sale uno o dos. Lo que no hay ninguna duda es que seguramente nos vamos a internacionalizar más", dice el empresario, quien hoy es director de la firma que ha hecho noticia en las últimas semanas, SQM (ver recuadro).

Además del Grupo Ultramar, Wolf Von Appen tiene una viña, TerraNoble y junto a sus hijas, Marion y Beatriz, una fundación para la capacitación de profesores. "Es una manera de retribuir porque estamos muy agradecidos de este país", señala. Por lo mismo, agrega que le preocupan algunas señales.

"La situación actual no refleja el desarrollo y éxito que ha tenido el país, en que sus actores, gobierno, empresarios y la comunidad, han contribuido en forma muy positiva. Se ha creado una desconfianza porque el actual gobierno quiere cambiar radicalmente las bases del éxito anterior, sin un diálogo entre todos los interesados en forma abierta y constructiva. Todos debiéramos criticar lo que no hemos hecho bien, pero al mismo tiempo aportar para que el país en un tiempo corto pueda retomar la tendencia de éxito".

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