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"The world should legalize drugs"

martes, 16 de diciembre de 2014


Economía y negocios

Klaus Schmidt-Hebbel
Profesor titular Pontifica Universidad
Católica de Chile

Este fue el título del debate en inglés organizado por la Red de Alta Dirección de la UDD en Santiago hace un mes, y que se transmitió mundialmente por la BBC hace pocos días. El formato de estos debates británicos consiste en una discusión en vivo entre dos participantes a favor de la legalización de las drogas en el mundo (en este caso, el ex Presidente Ricardo Lagos y yo) y dos participantes contrarios. El Presidente Lagos aporta hace muchos años a la discusión mundial sobre las políticas de drogas, como destacado miembro de la Comisión Global de las Políticas de Drogas. Como coordinador general del Grupo Res Publica Chile, me tocó desarrollar, con Eugenio Guzmán, las propuestas de este grupo para reformar las políticas de drogas en Chile y el mundo.

Quiero partir por lo obvio: la adicción a las drogas y el excesivo consumo de vino, cocaína, tabaco o marihuana son terribles. La adicción a las drogas lleva a masivas pérdidas de salud, productividad laboral y calidad de vida. La adicción a las drogas destruye a los individuos, a sus familias y, eventualmente, a sociedades enteras (como a China durante las guerras del opio).

¿Por qué, entonces, el mundo debiera ir a una legalización gradual y parcial de las drogas actualmente ilegales?

Porque la situación de ilegalidad actual de drogas en el mundo no ha evitado la proliferación del consumo de drogas ilegales. Además, el mundo no solo gasta recursos crecientes en la "guerra mundial contra las drogas", sino que sufre de la explosiva delincuencia derivada de la ilegalidad de las drogas.

El mundo ha perdido terminalmente, definitivamente e inevitablemente la guerra contra las drogas actualmente ilegales. Así como EE.UU. perdió definitivamente la guerra contra la prohibición del alcohol, reconocimiento que llevó al Presidente Roosevelt a enmendar la Constitución en 1933. Este acto permitió nuevamente la producción y el consumo de cerveza, vino y whisky después de 13 años de ilegalidad del comercio de toda bebida alcohólica, a la sombra de la cual surgieron las mafias y su delincuencia masiva.

¿Por qué el mundo debe ir hacia la legalización de las drogas? Por siete razones. Primero, porque desde los años 60 se gastan recursos fiscales crecientes en perseguir la producción, el comercio y el consumo de drogas, lo que constituye un masivo malgasto público, de ineficiencia creciente. ¿Por qué?

Segundo, el mercado de drogas blandas y duras se ha multiplicado en las últimas décadas. Se estima que los consumidores de drogas ilegales son 150 millones de personas del mundo. Un 5% de la población mundial adulta usa drogas ilegales. El comercio ilegal de drogas se estima en US$ 150.000 millones anuales en México, EE.UU. y Canadá. Por otra parte, los precios promedio de heroína, cocaína y marihuana han caído por lo menos 80% durante las dos últimas décadas en EE.UU.: la oferta ha crecido aún más que la demanda, lo que refleja la inefectividad de la represión gubernamental.

Tercero, la ilegalidad ha llevado a un incremento masivo de la delincuencia en todo el mundo. Como muestra una investigación reciente (Loayza y Schmidt-Hebbel, 2014), en los países con fuerte actividad ilegal de drogas, la tasa de homicidios es 20% más alta que en otros países. Más aún, las bandas de drogas comienzan delinquiendo al traficar y luego se diversifican hacia la delincuencia no-drogas, como robos, asaltos, secuestros y sicariatos. En Chile, casi todos los delincuentes extranjeros encarcelados, cuya pena fue remitida por extrañamiento en 2011-12, habían sido condenados por tráfico de drogas. Más de la mitad de la población carcelaria de EE.UU. ha sido condenada por drogas.

Cuarto, ha aumentado muchísimo la adicción en el mundo y en Chile. Aquí tenemos el terrible récord mundial en el consumo juvenil de cocaína, crack y pasta base: en el 2010, la tasa de prevalencia de estas drogas en la vida es de 8% en los jóvenes chilenos, dos veces la tasa en EE.UU. Y en los 10 años previos, el número de personas detenidas por actividades de drogas aumentó de 10.000 a 85.000 en Chile.

Quinto, cada día se desarrolla y vende una nueva droga sintética en el mundo. De acuerdo a Naciones Unidas, 348 nuevas sustancias sicodélicas se detectaron el año pasado.

Sexto, la ilegalidad de las drogas induce la corrupción de policías, jueces y gobiernos por las bandas de drogas. Ello es más intenso en muchos países en desarrollo, donde la droga ilegal está destruyendo sus instituciones y amenazando su involución hacia estados fallidos. Incluso, en Chile estamos sufriendo la creciente corrupción por los señores de la droga.

Séptimo, el mundo ha legalizado drogas muy dañinas (el alcohol y el tabaco), mientras que mantiene como ilegales a otras menos dañinas. La evidencia médica reciente clasifica a todas las drogas de acuerdo a su daño. Estudios de Nutt y coautores (2007, 2010) y de Van Amsterdam y coautores (2010) clasifican a las dos únicas drogas que son actualmente legales -el alcohol y el tabaco- y a las 18 drogas actualmente ilegales según su daño individual y social. Esta evidencia médica clasifica al alcohol como la cuarta peor droga y al tabaco como la sexta peor droga, entre las 20 más importantes del mundo. Las restantes 18 drogas, que son ilegales, se clasifican entre las muy dañinas (como heroína y cocaína) y las menos dañinas (como LSD, esteroides y éxtasis). La conclusión pareciera ser obvia: si quisiéramos reprimir consistentemente el consumo de drogas dañinas, ¡deberíamos criminalizar y perseguir la producción, el comercio y el consumo de alcohol y tabaco de inmediato! Deberíamos reiniciar la era de prohibición del alcohol de EE.UU., generalizándola a nivel global, y agregando a los cigarrillos y habanos. Y ciertamente deberíamos quemar las viñas de Bordeaux, Napa y Colchagua, y los campos de cultivo del tabaco, apresando y persiguiendo a todos los comerciantes de cerveza, vinos, destilados y cigarrillos del mundo.

Pues bien, esta última no parece ser una gran idea. Descartándola, solo queda una opción.

El mundo requiere urgentemente de un acuerdo negociado internacionalmente para legalizar gradualmente y parcialmente la mayoría de las drogas, condicional a la adopción de políticas efectivas de prevención del consumo y de rehabilitación de adictos.

Ello requiere de una estrategia global (ningún país puede ir solo en esto), basada en los siguientes componentes:

-Negociación y acuerdo de una estrategia de legalización global de drogas actualmente ilegales, firmado por una masa crítica importante de países.

-Adopción de un proceso de legalización secuencial de drogas, manteniendo en la prohibición a ciertas drogas o derivados muy dañinos (como el crack y la pasta base, derivados de la cocaína), al igual como se ha hecho con el alcohol.

-Establecimiento de las condiciones regulatorias médicas, sanitarias, tributarias y comerciales bajo las cuales se debe conducir la producción, el comercio interno e internacional, y las ventas al consumidor de drogas autorizadas.

-Adopción de programas nacionales masivos de educación y prevención del consumo de drogas, de limitación de acceso de los jóvenes (por ejemplo, hasta los 21 años) al consumo de drogas, de rehabilitación de drogadictos y de colocación de impuestos específicos al consumo de drogas legalizadas.

¿Cuáles serían los resultados de lo anterior? Solo me referiré a dos consecuencias, que son claves:

Primero, sabemos con certeza casi plena que la delincuencia en el mundo y en Chile caería muy significativamente con la legalización de muchas drogas, porque se les acabaría el negocio a las bandas de narcotraficantes.

Segundo, no sabemos con certeza lo que sucedería con los precios y el consumo de drogas después de su legalización parcial. Hay dos escenarios posibles. Si la legalización no se complementa con programas de educación, prevención y rehabilitación, el consumo aumentaría. Pero si los programas de prevención y rehabilitación son efectivos, y se colocan impuestos específicos adecuados, los precios pueden subir y el consumo y las adicciones pueden disminuir, tal como se ha logrado con los precios y el consumo de tabaco en muchos países desarrollados.

In short: The world has to legalize drugs.

EL MUNDO HA PERDIDO TERMINALMENTE, DEFINITIVAMENTE E INEVITABLEMENTE LA GUERRA CONTRA LAS DROGAS ILEGALES.



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