miércoles, 19 de noviembre de 2014
Daniel Aninat
Responsable de Infraestructura Santander GBM
Si bien existe un ambicioso programa de inversiones en infraestructura, lo cierto es que este año sólo se han ejecutado dos, el Puente Chacao y el Hospital de Antofagasta, obras que hemos tenido el honor de apoyar en su financiamiento.
Existe una amplia brecha entre la cartera de proyectos anunciada para 2014-2018, que supera los US$ 12.000 millones, y su ejecución. El desafío está en ampliar el modelo de concesiones a nuevas obras, como teleféricos, líneas de Metro, plantas desaladoras y embalses con capacidad de generación de energía, que implican fuertes exigencias de financiamiento. Pero aún hay vetas por explorar.
Es necesario expandir las opciones de financiamiento para incorporar más actores que puedan participar de forma directa o indirecta, aumentando así las fuentes de recursos y disminuyendo los costos finales que repercuten en los usuarios.
Los inversionistas institucionales por excelencia, los fondos de pensiones, son un actor clave del mercado, sus activos representan más del 70% del PIB, pero participan de muy lejos del sector infraestructura, mientras fondos canadienses vienen desde hace años tomando posiciones en el mercado. Las AFP sólo pueden invertir en obras de riesgo moderado, lo que ha provocado que consideren únicamente proyectos tradicionales, como carreteras y aeropuertos, donde riesgos y rentabilidades son conocidos.
Una opción, para ampliar su participación sin aumentar los riesgos, puede ser el otorgamiento de mayores garantías por parte del Gobierno. Otra alternativa más eficiente es incorporar formas de inversión conjunta entre las AFP y los bancos locales e internacionales, ya que estos últimos cuentan con equipos especializados y la experiencia necesaria para analizar los riesgos de cada proyecto y pueden entregar instrumentos de garantía, mientras las AFP otorgan el financiamiento.
Explorar nuevos modelos de concesiones y colaboración público-privada es tarea de todos para unir esa necesidad con las oportunidades de financiamiento, mejorando así la calidad de vida de los chilenos.
