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Firmas de consumo critican ley de etiquetado y dicen que afectará libertad del consumidor

viernes, 12 de septiembre de 2014

María José Tapia
Economía y negocios

Ejecutivos participaron de un foro de discusión en “El Mercurio”. Aseguraron que reglamento está generando preocupación internacional. Explican que, de aprobarse, sería la normativa más estricta del mundo.

El próximo 19 de octubre termina el período de consulta que abrió el Ministerio de Salud para pronunciarse sobre el nuevo proyecto de etiquetado de los alimentos embasados. Los primeros días de ese mes, AB Chile —que reúne a las principales empresas del sector— presentará sus inquietudes frente a la iniciativa que busca regular la publicidad y etiquetado de los productos considerados de alto contenido en azúcar, sodio, calorías y grasas. Este reglamento es un nuevo intento que hace la autoridad por normar esta materia.

Durante la administración anterior se aprobó una primera fase, sin embargo, el gobierno actual derogó la iniciativa, por considerarla débil.

El gerente general de Embotelladora CCU (Eccusa), Francisco Diharasarri; el gerente general de Carozzi, José Juan Llugany; el presidente ejecutivo de Nestlé Chile, Pablo Devoto; el gerente de Asuntos corporativos de Coca-Cola Chile, Pelayo Bezanilla y el presidente de AB Chile, Rodrigo Álvarez, se reunieron en “El Mercurio” para abordar el escenario que plantean estos cambios. Señalan que podrían impactar no sólo a la industria de productos envasados —que constituyen 30% de la alimentación nacional—, sino también al consumidor y a la Pyme.

Norma inédita: 90% de los productos podrían estar excedidos


Hoy, 100 gramos de sucralosa tienen cerca de 395 calorías. De aprobarse el reglamento, el producto debiera tener un disco pare que diga “Exceso de calorías”. Es que 100 gramos son más de 13 envases con 150 tabletas cada una, donde cada una de las pastillas tiene solo 0,2 calorías y su consumo regular diario son dos o tres de ellas. Una de las principales críticas dice relación con los límites establecidos para catalogar a un producto de “excesivo en” y también la métrica utilizada. Actualmente, los alimentos se miden por la unidad normalmente consumida, y el reglamento plantea que ahora deberán utilizarse los 100 gramos. “El parámetro de los 100 gramos es falso. El reglamento te va a decir que no puedes comerte, por ejemplo, 18 galletas o que a una tostada no le puedes poner un pan completo de mantequilla, pero uno no lo consume así”, dice Álvarez. Añade que esto va a derivar en que un paquete de dulces termine con el mismo etiquetado que una barrita de cereal. En la misma línea, plantean que de aprobarse la iniciativa, los límites serán los más estrictos del mundo. De hecho, puntualizan que serán prácticamente incumplibles. “Se plantea que queremos ser los más estrictos del mundo, y eso implica que el 90% de los productos estará con disco pare”, asegura Llugany, quien subraya que esto, además, desincentivará que las empresas de consumo intenten reducir los niveles de azúcar o grasa, porque llegar al límite es imposible, si es que se quiere hacer un alimento con buen sabor.

El borrador del reglamento plantea que los alimentos sólidos —para evitar el disco pare— deberán tener, como tope, por 100 gramos 275 calorías; 400 mg de sodio; 10 gramos de azúcar y cuatro gramos de grasas saturadas. Solo como ejemplo, 100 gramos de barras de cereal tienen 371 calorías y 39 gramos de azúcar; por ende, ese producto estaría dentro de la norma solo en los parámetros sodio y grasas saturadas.

Efecto en la libertad de compra, las pymes y la competencia


Los parámetros GDA (Guía Diaria de Alimentación) son los que la industria utiliza actualmente para dar a conocer el componente nutricional de los alimentos. El sistema plasma en el envase una especia de pilas con el aporte de cada uno de los nutrientes a la ingesta diaria. La iniciativa busca reemplazar eso por figuras similares a un disco Pare negro que sólo tendrán la frase “Exceso de…”, sin permitirles a las marcas comunicar ningún otro atributo del producto. En el sector estiman que eso afectará duramente el poder de decisión de los consumidores. No sólo porque no podrán tener más antecedentes, sino porque al ser los límites tan estrictos, habrá categorías donde prácticamente todos los productos tendrán los mismos signos.

Plantean que la falta de información también se trasladará a la publicidad, ya que estos alimentos no podrán publicitar en medios de comunicación, cuando estos capten una audiencia donde un 20% sea menor de 14 años. Además, en sus promociones no podrán tener aplicaciones interactivas ni juegos que inciten su consumo, eliminando todo tipo de gancho promocional.

“El consumidor necesita saber las características del producto para tomar su decisión”, asegura Bezanilla. “Las restricciones afectarán al mismo punto de venta. Hay 120 mil comercios que viven de la venta”, añade.

Dado ello, en la industria precisan que esto afectará directamente a la pyme, tanto a los comercios, que se les impedirá generar promociones y publicidad, como a los productores pequeños, que no podrán dar a conocer un nuevo alimento si cae dentro de estos parámetros, y tampoco tendrá los recursos para regirse a la norma. Lo anterior, plantean, derivará en que se reduzca la competencia. “Los productos típicos regionales van a caer todos dentro de estas categorías. Con esto se pierde lo que es competencia en punto de venta. Acá va a ser imposible que entre un nuevo actor, y el consumidor va a terminar pagando más”, dice Diharasarri.

Aseguran que norma afectaría al comercio internacional del país


La discusión acerca de la nueva normativa no solo se ha reducido al plano nacional. Las empresas aseguran que el tema se está analizando en las distintas embajadas y organismos internacionales. “Están pidiendo explicaciones, porque estamos desalineándonos de parámetros internacionales en productos que se consumen en muchas partes al mismo tiempo”, explica Álvarez. “Esto está en la OMC. El mundo entero está mirando esto con atención, en cuanto a entender por qué Chile está haciendo esto”, complementa Bezanilla.

Tal es así, que aseguran que ello podría derivar en impugnaciones ante organismos internacionales por considerarse una medida paraarancelaria. “Los referidos cambios no generan un buen clima de negocios, porque empezamos a ser un país que comienza a cerrarse, por lo cual hay que pensar más si vale la pena invertir”, subraya Devoto. “Esto va a tener efecto. Se van a empezar a revisar las inversiones. Se está haciendo una tormenta perfecta a la confianza por regulaciones que no paran”, puntualiza Diharasarri.

En el sector destacan que el sistema GDA es el que se usa actualmente a nivel mundial, y es justamente el que se quiere suprimir. “Esto tiene cierta arrogancia. Pretender ser los diferentes. En vez de alinearnos con el mundo, queremos marcar una pauta, y eso nos va a traer problemas, porque la UE, EE.UU., distintas embajadas, están muy preocupadas, porque esto es único e inédito”, explica el presidente ejecutivo de Nestlé.

En la industria estiman también que esta nueva regulación podría derivar en que se cierre el mercado a la importación, puesto que si alguien quiere internar productos deberá asumir un costo adicional en elaborar un nuevo etiquetado para un país pequeño. En la misma línea, la normativa podría restringir la exportación porque, de igual forma, se debe elaborar un rotulado diferente del alimento que se quiere vender al exterior. “Nos estamos cerrando. Esto atenta contra el consumidor porque nos cierra el mercado”, concluye Devoto.

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