lunes, 01 de septiembre de 2014
Pablo Tirado
Economía y negocios
El ejecutivo de la entidad que desarrolló Siri cree que Santiago tiene que actuar rápido para no ser superado por urbes como Sao Paulo o Ciudad de México que buscan lo mismo.
Cuando se habla de innovación, muchos se quedan solo en la teoría, pero Steve Ciesinski no es de esos. El vicepresidente y gerente general de SRI International, la organización que nació bajo el alero de la Universidad de Stanford —hoy es independiente—, es un firme defensor de la investigación aplicada a las necesidades de la sociedad y, por ende, con un alto potencial de mercado.
En SRI, por ejemplo, se dio inicio a lo que más tarde se convertiría en el mouse de los computadores. Fueron ellos también quienes desarrollaron el sistema de inteligencia artificial Siri de Apple y los cerebros detrás de Da Vinci, el robot que permite realizar operaciones quirúrgicas a distancia.
Ciesinski estuvo de paso por Chile hace unas semanas para dar una charla en el Centro de Innovación Anacleto Angelini de la UC y otra en la Sofofa. También aprovechó su visita para estrechar vínculos de cara a generar nuevos negocios. “Estamos establecidos en el país, tenemos confianza y otros tienen confianza en nosotros y nos gustaría desarrollar proyectos de investigación y desarrollo acá. Ahora estamos buscando armar una sociedad con empresas o universidades interesadas en innovaciones revolucionarias para el futuro”, explica.
—¿Qué opinión tiene del ecosistema emprendedor chileno?
“Estoy muy motivado por el emprendimiento chileno. En muchos aspectos obviamente EE.UU. es el número uno, pero creo que Chile está entre los top 10.
Estoy en el consejo asesor de Start-Up Chile, un programa que es famoso en el mundo, es una gran marca. La Universidad de Stanford está presente en Chile con un programa y es algo muy importante porque Stanford podría estar en cualquier parte de América Latina”.
—¿Qué tiene Chile que llama la atención?
“Los chilenos parecen tener un espíritu muy emprendedor, tal vez es porque el país está aislado geográficamente, entonces la gente tiene que pensar y hacer cosas emprendedoras casi por obligación. Una de las cosas que he oído es que los chilenos no se sienten ‘lo suficientemente’ buenos para hacer las cosas y creo que sí lo son. He conocido a un gran número de emprendedores chilenos y trabajan duro, son muy productivos y tienen muy buenas ideas. Los desafíos obviamente son que no hay mucho venture capital aquí, faltan inversionistas ángeles y los emprendedores necesitan dinero, no tanto, pero necesitan. También creo que los emprendedores deberían pensar más en exportar lo que hacen. Chile es un país con población pequeña, entonces el mercado no es muy grande”.
—Usted habla de la falta de inversionistas. ¿Por qué un país pequeño como Chile puede ser interesante para ellos?
“Lo pequeño es bueno, hay otros varios ejemplos de eso. Singapur es bastante pequeño, pero gastan en investigación y desarrollo. Tienen una estructura de gobierno fuerte, infraestructura para sus emprendedores, importan emprendedores y quieren ser un polo de emprendimiento en Asia. Chile puede ser un polo en América Latina. Hay una gran población en la región y alguien tiene que tomar el liderazgo. La pelea por el liderazgo va a estar entre seis o siete ciudades como Santiago, Ciudad de México, Sao Paulo, Río o Buenos Aires. Pero Santiago tiene un alto reconocimiento que le da ventajas, tiene a Endeavor, el MIT, SRI, Stanford y universidades de alta reputación. Tiene que sacarle partido a sus ventajas, porque no van a durar para siempre. Tienen una ventana abierta y tienen que saltar”.
—Para Chile es imposible competir con potencias como EE.UU. o Inglaterra. ¿Cree que debe focalizarse?
“Sí, porque tiene recursos limitados. Chile es fuerte en astronomía y hay un montón de formas en las que la astronomía puede liderar el emprendimiento. La agricultura también es otra alternativa. En 30 años vamos a pasar de 6 mil millones de personas a 9 mil millones y alguien tiene que alimentar a esa gente. Otra oportunidad es la clase media que está creciendo mucho. A la gente le gusta viajar y Chile es muy diverso en el sur y en el norte. Entonces en turismo y ecoturismo, este país debería convertirse en unos de los destinos top 10 del mundo y podría desarrollar una industria fantástica”.
—¿Qué puede hacer el país para mejorar su ambiente de emprendimiento?
“Lo primero es que el gobierno, las universidades y la industria apoyen el emprendimiento de manera muy visible. Lo segundo es que empezando en la educación básica y media y continuando en las universidades, debería haber cursos prácticos en torno al emprendimiento. ¿Cómo organizar una empresa? ¿Cómo hacer despegar una empresa? Entender los mercados, lo que es un producto, etc. Tienes que pensar en esas cosas. Lo tercero sería el compromiso para aumentar constante y consistentemente y en el largo plazo, la investigación y desarrollo. Eso está probado. Históricamente, Chile no ha sido muy fuerte en gastar dinero en investigación y desarrollo, entonces trabajar eso en las universidades podría ser una buena alternativa”.
