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70% de nuevos trabajos son formales, pero más de la mitad transitorios

domingo, 04 de agosto de 2013

Pablo Obregón C.
Economía y Negocios

353 mil hombres y 474 mil mujeres encontraron una ocupación entre 2010 y lo que va de 2013.

Que se han creado muchos empleos durante este gobierno es un dato que no resiste mucho debate: entre marzo de 2010 y junio de 2013, la economía generó 827 mil nuevos puestos de trabajo, mientras que durante la administración anterior se crearon 342 mil en sus primeros tres años. Claro, el contexto económico era distinto y la economía pasaba por fuertes turbulencias internacionales.

Sin embargo, cuando se habla sobre la calidad de esos puestos de trabajo, surgen rápido las diferencias de interpretación. Mientras desde el Gobierno destacan que la mayoría de estas nuevas plazas laborales corresponden a trabajos con contrato y con seguridad social (previsión, salud y seguro de desempleo) y que la informalidad ha disminuido, desde los sectores críticos a la actual administración contraatacan, señalando que durante este período se han multiplicado los contratos a plazo fijo y los trabajos bajo régimen de subcontratación, que son empleos formales, pero considerados por algunos de menor calidad.

¿Qué dicen las cifras? Que entre marzo de 2010 y junio de 2013, el desempleo bajó de 9% a 6,2%. En este lapso, 353 mil hombres y 474 mil mujeres encontraron un empleo (827 mil en total).

Además, del total de empleos creados en este período, 575 mil corresponden a trabajo asalariado, con contrato, previsión y salud (70% del total) y 207 mil son trabajadores independientes (sin previsión ni salud pagada por el empleador). El resto de puestos corresponde a categorías como familiares no remunerados, servicio doméstico y empleadores.

Aumentan los contratos a plazo fijo y los trabajadores subcontratados
Un informe de los economistas de la Fundación Sol, Gonzalo Durán y Marco Kremerman, pone el acento en números diferentes y hace ver que en torno al 20% de los nuevos puestos de trabajo corresponde a empleos independientes (sin contrato), personal de servicio doméstico y familiares no remunerados, los que, según los autores, no están vinculados necesariamente con políticas de empleo atribuibles al Gobierno y que no están cubiertos por los sistemas de protección social clásicos (previsión, salud, seguro de desempleo).

En el caso de los asalariados, señala Durán, el 62% del aumento corresponde a la modalidad de servicios transitorios, suministro de personal y subcontratación, lo cual es una señal de mayor precarización e inestabilidad en el mundo del trabajo.

En el Ejecutivo destacan otras cifras: un análisis de los datos realizado por la economista del Ministerio del Trabajo, Stephanie González, da cuenta que, del total de asalariados para el trimestre abril-junio de 2013, el 86,9% declara tener un contrato escrito, lo que revela que la mayoría de estos puestos son formales y con protección social.

Además, señala que durante los últimos años se ha observado una mayor participación de mujeres y jóvenes, que es una de las principales falencias del mercado laboral chileno: se han creado 474 mil empleos femeninos.
Además, el desempleo juvenil (trabajadores de entre 15 y 29 años) para el trimestre abril-junio fue de 13,25%, lo cual representa una disminución de 3,65 puntos porcentuales respecto a la desocupación que había al principio de esta administración.

La minería arrastró a otros


Según Cecilia Cifuentes, economista de Libertad y Desarrollo, el mercado laboral es altamente sensible al ciclo económico y, por ello, las cifras deben analizarse en su contexto: en 2009, por ejemplo, se produjo el peak de la crisis financiera internacional, lo que golpeó con fuerza al mercado laboral.
La situación actual es muy distinta: “Hay un sector que está con déficit de trabajadores (la minería) y empieza a tirar el carro. Eso se traduce no solo en la creación de puestos de trabajo, sino también en las remuneraciones que pagan otros sectores de la economía que compiten por contratar o retener al mismo tipo de trabajadores”, señala.

De hecho, entre febrero de 2010 y mayo de 2013, las remuneraciones reales de los trabajadores aumentaron 11% según cifras de Libertad y Desarrollo elaboradas en base a datos del INE. Entre febrero de 2006 y mayo de 2009, las remuneraciones crecieron solo 7%.

Puede aumentar la informalidad


¿Eso significa que los empleos que ofrece el mercado formal tenderían a ser más precarios si el ciclo económico cambiara negativamente, que es lo que anticipan algunos economistas? No necesariamente. Según Cifuentes, hay evidencia de que el mercado formal se corrige moderando las remuneraciones de los nuevos trabajadores o generando menos empleos, pero no ofreciendo trabajos precarios.

“Lo que sí tiende a ocurrir cuando el salario mínimo es muy alto y, además, la economía se enfría, es que aumenta la informalidad entre los trabajadores menos calificados y entre los jóvenes”, señala la investigadora.

Cifras de la Oficina Internacional del Trabajo (OIT) dan cuenta que en América Latina el porcentaje de trabajadores jóvenes (de 15 a 19 años) que se desempeñan en la informalidad aumentó 5,3 puntos porcentuales entre mediados de 2007 y mediados de 2009, en plena crisis financiera, para llegar a 52,3%.

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