Dólar Obs: $ 953,75 | -0,27% IPSA -0,25%
Fondos Mutuos
UF: 37.232,24
IPC: 0,40%
Cómo se vivieron los seis días a bordo del primer barco de la innovación

domingo, 31 de marzo de 2013

Claudia Ramírez Friderichsen
Economía y Negocios

Los estudiantes trabajaron intensamente. Alternaron talleres, charlas y excursiones a lugares como Cabo de Hornos y Puerto Williams. El objetivo era dar respuesta a desafíos sobre temas relacionados con educación y sustentabilidad.

"Fue muy emocionante. Nos sentamos en el sky lounge (el salón de reuniones en el penúltimo piso del barco): la gente de Stanford, de la UC, de la UDD. Cada vez que llegaba más gente, ampliábamos la mesa, el círculo, hasta que no quedaron sillas y nos amontonamos entre nosotros para simplemente compartir el momento en que todos iniciábamos el viaje. No excluimos a nadie". Así describe Gerardo Velasco (22 años), estudiante de Ciencia Política de la Universidad Diego Portales, el momento en que el E- Ship, el primer barco de la innovación y del emprendimiento, zarpó desde el puerto de Punta Arenas rumbo a la Patagonia.

La travesía que "El Mercurio" emprendió junto con los 130 pasajeros comenzó el lunes 25 de marzo, a las ocho de la noche y duró seis días. Abordaron 80 estudiantes de países como Tailandia, India y Estados Unidos, y de diversas regiones de Chile, además de expertos nacionales e internacionales y profesores.

El objetivo del viaje fue dar respuestas prácticas a ocho desafíos en temas como educación y sustentabilidad. En el camino surgieron ideas como talleres para fomentar la confianza entre profesores y apoderados, incorporar cursos de emprendimientos a las mallas curriculares de las universidades, fomentar la educación basada en el conocimiento en la fauna y en la flora local, y relacionar el turismo de nicho con centros científicos.

Las motivaciones de los estudiantes para subirse al E-Ship fueron varias. Conocer un lugar nuevo, formar redes de contactos con estudiantes de otros países y regiones, y trabajar con expertos en un tema que les apasionara o darles un empujón a sus emprendimientos personales.

Bitácora del viaje
¿Pero cómo fue viaje a bordo del E-Ship? Las jornadas de los pasajeros fueron "tan movidas" como la navegación por los canales de la Patagonia y del Océano Pacífico. Las actividades se iniciaban a las ocho de la mañana con el desayuno, un ejercicio diario para "despertar" el cuerpo y los cinco sentidos, a cargo de Maureen Boys, subdirectora de la Escuela de Teatro de la Universidad Católica.

Luego, y dependiendo del día, los pasajeros desembarcaban en algunos de los lugares previamente definidos. En cada parada, a sacar las botas de agua, los guantes, las parkas y a ponerse los salvavidas. El desembarco se hacía por grupos, en cuatro zodiacs.

Una de las aventuras más emocionantes fue la de Cabo de Hornos, el jueves 28 en la mañana. Como la posibilidad de desembarcar dependía completamente de las condiciones climáticas, los pasajeros permanecieron varios minutos en la cubierta del barco antes de recibir la autorización. Pero una vez en los zodiacs, la adrenalina continuó debido a los fuertes vientos que llegaron a 80 nudos, unos 144 kilómetros por hora, convirtiéndolos en una montaña rusa. Un toque inolvidable a la llegada al "último lugar del mundo".

Ya en tierra firme los excursionistas subieron a la cima del Cabo de Hornos y en el faro conocieron a Samuel Gutiérrez, marino que ejerce las labores de alcaldía de mar y que junto a su esposa y sus dos hijos son los únicos habitantes de la zona.

Dentro del barco la actividad no paró. La jornada se dividió entre las charlas de los expertos, ejercicios y talleres, interrumpidos por avistamientos de especies extraordinarias como los albatros de ceja negra, un pájaro que solo anda en zonas de mar abierto. En otras ocasiones, la interrupción fue generada por fuertes oleajes que hicieron al barco "balancearse" (moverse de derecha a izquierda) o "cabecear" (moverse de arriba a abajo), lo que a más de alguno le hizo pasar un mal rato.

En la noche, después de la comida y la última charla, fluía el guitarreo, la música y las conversaciones en spanglish, que amenizaron las largas horas en alta mar.

Salvador Ochagavía (23 años), estudiante de Ingeniería Civil de la Universidad Católica, resumió: "La expectativa era que se trataba de un barco de trabajo, yo sabía que venía a aprender, y eso se ha cumplido con creces, porque no nos han dado ni un segundo libre para nada... Ha sido muy, muy intenso".

Nicolai Samsing (23 años), estudiante de Ingeniería de la Universidad del Desarrollo complementó: "Lo que más destaco del E-Ship es que te están haciendo trabajar la mente todo el rato, desde una comida hasta conversaciones de pasillos y charlas con expertos, personas muy capaces que se ponen a la altura de uno, y eso pocas veces se puede ver. Para nosotros, como estudiantes, recibir esta información nos permite agilizar la mente, contar con ideas más nuevas y frescas, y hace que te atrevas más y eso motiva para el día de mañana liderar proyectos".

Trabajar sin internet
En el viaje hubo condiciones que en un principio parecían obstáculos, pero que luego se transformaron en ventajas para algunos, como por ejemplo la casi nula conexión a internet. Por eso durante las charlas no se veían estudiantes contestando e-mails o revisando su Facebook.

Para Angad Singh (21 años), quien es de India y estudia Ciencias de la Computación en Stanford, esto fue un problema grande porque se "impidió investigar". Mientras que para Thomissa Canellas (21 años), de Alaska y estudiante de Ingeniería en Standford, no tener internet permitió no distraerse y enfocarse en discutir y resolver los desafíos.

Como contraparte, la diversidad de idiomas y carreras en E-Ship solo trajo beneficios. El más repetido entre los alumnos fue la posibilidad de tratar problemas desde distintos puntos de vista. De hecho, los organizadores se propusieron aprovechar al máximo esta condición y, por ejemplo, asignaron a dos o tres alumnos por pieza, con el requisito de que no se conocieran previamente.

Un ejemplo es Kanit Wongsuphasawat (25 años), de Tailandia, estudiante de un máster en Ingeniería en Ciencias de la Computación en Stanford, que se entusiasmó con la idea de visitar por primera vez Sudamérica al subirse al E-Ship por lo "creativo del programa y porque ponía el énfasis en el emprendimiento".

Estar con personas de diferentes culturas es muy importante. "Cuando estaba en mi país no sabía cómo eran las otras culturas y siempre veíamos las cosas desde un mismo punto de vista", aseguró Kanit.

Los alumnos seguirán ligados por seis semanas más a la travesía a través de sus grupos de trabajo para pulir las ideas y llegar a soluciones cada vez más completas. A partir de esta experiencia, se hará un libro y un documental. Además, habrá un sitio web abierto al público para seguir conversando sobre cada desafíos que se plantearon en el E Ship.

Esta iniciativa fue organizada por la Universidad del Desarrollo (UDD), a través de su programa iCubo; la Universidad Católica (UC), a través del Centro de Innovación UC Anacleto Angelini, y la Universidad de Stanford, mediante el Stanford Technology Ventures Program. La iniciativa cuenta con el apoyo de Corfo y "El Mercurio", el patrocinio de Sura y el auspicio de LAN y Movistar.

Álvaro Fischer, presidente de la Fundación Chile: "Hay que generar un ambiente cultural para la innovación"
En un paraje que le resulta sin duda inspirador, el Glaciar El Águila y específicamente la cordillera de Darwin, Álvaro Fischer, darwinista reconocido, empresario, matemático, presidente de la Fundación Chile y uno de los pasajeros del E-Ship, reflexionó sobre los requisitos de la innovación, los desafíos que implica y cómo aplicarla a la empresa.

-¿Por qué decidió unirse al E-Ship?
"Me entusiasmó la idea de mezclar esta zona de Chile, que es la que más me gusta, con esta interface que hay entre la ciencia, la tecnología, el emprendimiento y la innovación, con las nuevas generaciones".

-Hablando de evolución, ¿qué es lo que ve que ha evolucionado en las generaciones jóvenes respecto de su propia generación?
"Lo que ha cambiado es que la generación nuestra, en que el país era mucho más pobre, se tendía echar la culpa a otros de los problemas que teníamos: a los países desarrollados, al imperialismo, a los malos; siempre los problemas de uno eran culpa de un tercero, que era el malo de la película y que te estaba de alguna manera liquidando. Eso cambió...".

-¿Cuáles son las condiciones para fomentar la innovación?
"No hay una regla, un procedimiento o una receta de cocina para hacerlo. Tienes que producir una serie de condiciones: por un lado, un buen sustrato, apropiado, que es uno competitivo. No es que la competencia sea la única cosa importante en el mundo, pero es un motor".

"Después, tener un sustrato adecuado para generar esta conversación".

"Ahora, cada uno tiene en su cabeza una idea de innovación que puede ser buena o mala. Entonces tienes que generar un ambiente cultural y, sobre todo, un ambiente de entendimiento de por qué sirve, por qué es bueno y que la vida la construyen las personas y no que uno es el receptor de los favores que otros le hagan para su vida. Y esa diferencia no siempre es reconocida".

-¿Qué hacer para que la innovación se vuelva más concreta?
"Quizás hay que mostrar más ejemplos, porque no es la que aplica tecnología y ciencia la única innovación. Tiene que tener creación de valor".

"Uno puede generar valor haciendo nuevos productos, pero, por ejemplo, necesitas ciencia y tecnología complicada para hacer un iPhone. Pero también puedes innovar en diseño, en cómo presentas productos y tiene más valor si a la gente le gusta más. Pero también puedes innovar en eficiencia, cambiando el proceso productivo, cómo lo hago para con los mismos recursos lograr más cosas o con menos recursos lograr lo mismo (...) puedes innovar organizativamente, que la interacción entre las personas sea distinta, y eso también puede generar valor. Hay muchas maneras de hacer innovación. Hay que mostrarlas".
Cómo se enfrentaron a sus desafíos

De cada experiencia, los estudiantes sacaron aprendizajes. En Puerto Williams, por ejemplo, un grupo conoció a Cristina Calderón, la última mujer representante de los yaganes, una visita especialmente provechosa para el equipo que trabajó la integración de las minorías étnicas.

Angad Singh, del grupo enfocado en la educación, explicó que la estrategia inicial de su equipo fue enfocarse en buscar un solo gran problema relacionado con la educación y luego pensar en 20 o 30 ideas para resolverlo hasta dar con la más adecuada.

Nicolai Samsing, que trabajó el desafío de la conservación de la Patagonia, agregó: "Lo mejor fue enfocarnos en Puerto Williams y cómo podemos ayudar a la conservación de los árboles nativos".

El grupo de Thomissa Canelles trabajó en la promoción del emprendimiento y se enfocó en estudiantes que recién ingresan a la universidad, de 18 o 19 años. "Comenzamos con ideas muy abstractas y teóricas, hasta llegar a algunas más concretas, como desarrollar un programa sobre emprendimiento e innovación para nuevos alumnos", contó.


El trabajo de 16 equiposLos estudiantes se dividieron en 16 equipos de trabajos que mezclaron idiomas, orígenes y carreras. Fueron apoyados por mentores y por un grupo de expertos de primera línea, como los profesores Tina Seelig y Bernie Roth, de la Universidad de Stanford, y por los profesores Cristóbal García, director de Emprende UC, y por Carlos Varela, director de desarrollo de la Vicerrectoría de Innovación y de Desarrollo de la Universidad del Desarrollo.

Los desafíos en que trabajaron los alumnos fueron: cómo consolidar a Magallanes y Punta Arenas como la principal puerta de entrada a la Antártica; cómo desarrollar un futuro sustentable para Puerto Williams; cómo dar un salto significativo en la calidad de la educación escolar; cómo apalancar y profundizar la relación entre Chile y California; cómo fomentar una conciencia y una cultura de ahorro en las personas; cómo masificar la cultura pro innovación y emprendimiento en Chile; cómo responder a los desafíos de conservación y sustentabilidad de los recursos naturales de la Patagonia Austral, y cómo integrar y preservar la identidad de pueblos originarios en el desarrollo nacional, aplicando experiencias de otros países.

 Imprimir Noticia  Enviar Noticia