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S. Edwards: "Nuestras conversaciones son banales respecto de los desafíos que el país enfrenta"

jueves, 07 de febrero de 2013

Nicolás Marticorena
Economía y Negocios

El economista analiza el trasfondo de las cifras macroeconómicas de Chile y plantea la urgencia de ejecutar una serie de reformas para crear un modelo de crecimiento sostenible. "Es inevitable que en los próximos años veamos una desaceleración", afirma.

A Sebastián Edwards no lo deslumbran las cifras de crecimiento de Chile. Menos tomando en cuenta el contexto de debilidad económica global. Para él, hay una premura -no siempre vista por todos- para resolver duras tareas económicas. Tan duras, que si no encuentran una pronta luz de respuesta "condenarían" a nuestro país a permanecer en la "segunda división", que en términos deportivos no hace más que recordarnos el estigma de jugar en la liga de los subdesarrollados.

Un llamado de atención o un "baño de modestia". Lo cierto es que la mirada del destacado economista nacional y académico de la Universidad de California aterriza las necesidades de corto y largo plazo para una economía como la nuestra, que por primera vez en la historia se halla tan cerca de dar "el gran salto".

-Aunque es una pregunta algo repetida e incluso cliché, ¿está Chile inmune a la crisis?
"Respuesta cliché: inmunes no, bien preparados sí. Tenemos un Banco Central de lujo, con funcionarios fogueados y alertas".

-¿Pero qué tan sostenible es el nivel de crecimiento del país para los próximos años?
"Es posible que durante el próximo año la economía chilena enfrente escollos para mantener esta tasa de crecimiento. Es muy importante que las autoridades implementen políticas que permitan salvar estos obstáculos".

-¿Cuáles son estos escollos?
"Durante la década de oro de nuestro crecimiento económico (1987-1997), los aumentos de productividad fueron el motor del progreso. Tenemos que volver a ese patrón, a tener una devoción por la eficiencia. Hay cuatro áreas esenciales en las que se debe trabajar: la primera es mejorar la calificación de nuestra mano de obra; solucionar el tema energético; desregular aceleradamente la economía, poniéndoles término a la burocracia y a la cultura del trámite; y mejorar el sistema de transportes (...) Las aglomeraciones y demoras en el aeropuerto de Santiago son la punta del iceberg en esta materia. Un país exportador y lejano debiera tener los puertos más eficientes del mundo; estamos lejísimos de esa meta".

-¿Puede ser la falta de competitividad un serio riesgo en el corto plazo?
"Si no aumentamos la productividad a un paso acelerado, estamos condenados a la mediocridad de las divisiones inferiores. Mayor productividad requiere de una capacidad para resolver problemas, implementar nuevas ideas y vivir en el mundo de los robots que se nos viene encima. Para nada de eso nos prepara el sistema educacional actual".

-¿Qué reformas se requieren en el país para hacer más sostenibles sus tasas de crecimiento?
"En cierto modo, es inevitable que en los próximos años veamos una desaceleración. Esto es porque las soluciones a nuestros problemas de competitividad y crecimiento son de largo plazo. Cambiar el perfil de la mano de obra -hacerla más calificada, con capacidad de usar tecnología de punta-, toma tiempo. Solucionar el problema de energía, toma tiempo. Mejorar puertos y aeropuertos toma tiempo. Cambiar la cultura del trámite -tanto del tramitador como del que se deja tramitar sumisamente-, toma tiempo".

-¿Y qué se puede hacer en el corto plazo?
"Debemos empezar con las políticas adecuadas ahora mismo. De hecho, debiéramos haber empezado hace ya tiempo. Lo que a mí me llama la atención es que no haya una gran conversación nacional sobre este tema. Sobre qué tipo de país queremos ser, cuáles serán nuestros valores, cómo enfrentaremos al ejército de robots que ya se cierne sobre nosotros, qué haremos para asegurar que todos los niños y jóvenes tengan iguales oportunidades, qué haremos para incorporar a las mujeres a la fuerza de trabajo, y tantas otras preguntas. La verdad es que nuestras conversaciones son banales en relación con los desafíos que el país enfrenta".

-¿Cree que este año habrá más presiones o riesgos inflacionarios que en 2012?
"Sí. Habrá mayores presiones inflacionarias, pero estas no serán lo suficientemente altas como para entrar en un régimen de restricciones crediticias. El Banco Central debe mantener la sangre fría, y no actuar antes de tiempo".

-Chile está cerca del nivel "pleno empleo". ¿Qué temas que solían ser "tabús" en materia laboral se podrían discutir ahora?
"Los momentos de bonanza son los más apropiados para hacer reformas. Es cuando menos gente se opone a reformas. Los temas relevantes han estado en el tapete desde hace tiempo (...) hay que agregar la necesidad de remozar fuertemente el sistema de pensiones".

"El modelo usado por Chile ha sido ejemplo para todo el mundo; un sistema justamente alabado. Sin embargo, los detalles del mismo han sido superados por el paso del tiempo. En particular, es necesario revisar el monto de las contribuciones. Estas son muy bajas y, más temprano que tarde, van a poner al sistema en riesgo".

-¿Por qué el beneficio de las favorables cifras macroeconómicas no se transfiere a los niveles de aprobación del Presidente Sebastián Piñera?
"La gente aprecia al Gobierno y está consciente de que el país ha avanzado con fuerza durante los últimos años. El Presidente, sin embargo, no genera simpatías personales. Lo que sí, respeto y admiración; eso debiera bastarle; eso es lo importante".

Chile y posición en ranking Doing Business: "Los resultados son malos"Para Edwards, el desempeño de Chile en el índice de facilidad para hacer negocios (Doing Business), que el Banco Mundial publica anualmente, es lisa y llanamente "malo".

"En 2012, Chile está en el lugar 37, sólidamente en la segunda división. Peor aún, estamos cuatro puestos más abajo que el año anterior. En ninguna de las 11 categorías estamos por encima del puesto 30, y en varias estamos cerca del lugar 100. Estos resultados son malos; no hay otra manera de calificarlos", agrega.

Según el ex economista del Banco Mundial (BM), revertir esta situación tiene que ser considerada como una de las prioridades para el gobierno en su búsqueda de modernizar la economía local.

"El Gobierno debiera hacer un esfuerzo por mejorar en, al menos, cinco posiciones en cada categoría en cada uno de los próximos cuatro años", indica el doctor en Economía de la Universidad de Chicago.

Además, insta a que los desafíos para mejorar la facilidad de desarrollar emprendimientos en Chile debe ser tanto una meta pública como un tema de conversación común en la sociedad.

"En esto estaba empeñado el ex ministro Juan Andrés Fontaine. Pero por razones que nadie ha logrado explicar, lo sacaron del gabinete. Todo un misterio", remata.

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